
Línea roja continua en la carretera: reforzando el sentido en algunos tramos
La seguridad vial es una prioridad constante para las autoridades de tráfico. En este contexto, la Dirección General de Tráfico (DGT) ha comenzado a aplicar una nueva señalización horizontal en determinados tramos de carretera: una línea roja continua pintada junto a la línea blanca convencional. Aunque no modifica el significado legal de dicha señal, sí pretende reforzar visualmente la peligrosidad de ciertos tramos y disuadir conductas de riesgo.
Esta medida, en fase de implementación, ha comenzado a aparecer en varias comunidades autónomas y forma parte de una estrategia más amplia para reducir la mortalidad en carreteras secundarias. Te contamos a continuación las implicaciones que tiene por si te cruzas con ella.
Qué es la línea roja continua y qué implica
La línea roja continua es una marca vial añadida junto a la línea continua blanca que separa los carriles de circulación o delimita el arcén. No altera el reglamento ni introduce una nueva norma de tráfico: cruzarla se sanciona exactamente igual que si solo existiera la línea blanca. Su función principal es psicológica: aumentar la percepción de peligro del conductor al circular por un tramo especialmente conflictivo.

El Reglamento General de Circulación (artículo 168) ya establece que las líneas continuas delimitan zonas donde está prohibido adelantar o cambiar de carril. Al añadir el color rojo, la DGT no busca cambiar esa norma, sino resaltar visualmente la gravedad del tramo, apelando a la atención y al instinto de autoprotección del conductor.
Origen de esta medida
El uso del color rojo como elemento de advertencia tiene un largo recorrido en la señalización vial internacional. Países como Suecia, Noruega o Alemania han utilizado sistemas similares en puntos negros de sus redes de carreteras. Se ha demostrado que este tipo de intervenciones aumentan la atención del conductor y reducen la velocidad media, lo que se traduce en una menor probabilidad de accidente.
En el caso español, esta medida se enmarca en la Estrategia de Seguridad Vial 2030, y responde a la necesidad urgente de actuar sobre las carreteras convencionales, donde se producen aproximadamente el 70 % de las muertes por accidente de tráfico. En estos tramos, el adelantamiento indebido sigue siendo una de las maniobras más letales, especialmente en curvas, rasantes o zonas con visibilidad reducida.
Dónde se está aplicando

La línea roja ya ha sido implementada en varios tramos de carretera conocidos por su peligrosidad. Algunos de los más destacados son:
- A-355 (Málaga): entre Coín y Marbella. Es una vía de montaña muy transitada, con curvas cerradas y múltiples siniestros registrados. La línea roja complementa otras medidas como bandas sonoras y carteles verticales.
- N-541 (Galicia): entre Pontevedra y Ourense. En este tramo, la meteorología adversa y la alta densidad de tráfico han sido factores determinantes para aplicar la nueva señalización.
- CL-615 (Palencia): en varios tramos rectos pero con alta siniestralidad asociada a adelantamientos imprudentes.
Se espera que la medida se extienda a otros puntos de la red viaria nacional donde el historial de accidentes y los informes técnicos de tráfico justifiquen su implementación.
¿Qué pasa si se sobrepasa?
Desde el punto de vista normativo, la línea roja no introduce un nuevo régimen sancionador. Cruzarla equivale legalmente a invadir una línea continua blanca:
- Multa de hasta 400 euros
- Pérdida de hasta 4 puntos del carnet de conducir
Hay diferencias entre sobrepasarla o adelantar con esta señal sobre el pavimento. En todo caso, este tipo de infracción se considera grave, ya que pone en riesgo la integridad del conductor y del resto de usuarios de la vía, especialmente por el elevado riesgo de colisiones frontales. Siguen existiendo algunas excepciones para adelantar con línea continua que se aplican en este caso.
Resultados esperados y eficacia

Los primeros resultados apuntan a una reducción significativa de la velocidad media en los tramos afectados y a una mayor conciencia del riesgo por parte de los conductores. Según estudios realizados en países europeos, el uso de colores de advertencia en la señalización horizontal mejora la atención y refuerza la obediencia a las normas, sobre todo en situaciones de conducción rutinaria, donde el conductor tiende a bajar la guardia.
En el caso español, la DGT ha optado por una implementación gradual y por monitorizar el impacto real antes de convertir esta medida en estándar. La clave está en combinar esta señalización con otras estrategias, como radares de tramo, campañas de concienciación o elementos físicos como bandas rugosas o balizamientos reflectantes.
La incorporación de la línea roja continua en las carreteras españolas representa una iniciativa sencilla pero eficaz para reforzar la seguridad en tramos críticos. No cambia las reglas del juego, pero aumenta el nivel de alerta del conductor allí donde más se necesita. En un entorno donde el exceso de confianza o la distracción pueden tener consecuencias fatales, todo recurso que ayude a mejorar la percepción del riesgo es una herramienta valiosa.
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