
El semáforo: historia, funcionamiento, multas y curiosidades de la señal universal
Si pensamos en los elementos más importantes para la seguridad vial, el semáforo ocupa un lugar destacado. Está presente en prácticamente todas las ciudades del mundo y regula el tráfico de vehículos y peatones con un lenguaje universal de luces que todos entendemos al instante: rojo, ámbar y verde. Pero ¿alguna vez te has preguntado de dónde vienen estos colores? ¿Cuál fue el primer semáforo de la historia? ¿Qué tipos existen y qué sanciones acarrea saltárselos? Vamos a descubrirlo.
El origen del semáforo: de Londres al mundo
El primer semáforo del mundo se instaló en Londres en 1868, frente al Parlamento británico. Fue un invento de John Peake Knight, un ingeniero especializado en señales ferroviarias. El aparato, movido de forma manual por un agente, utilizaba luces de gas rojas y verdes y estaba pensado para evitar los continuos accidentes entre caballos y peatones. Lamentablemente, una explosión en una de las lámparas causó heridas a un policía y el invento fue retirado.

No fue hasta 1914 en Cleveland (Estados Unidos) cuando apareció el primer semáforo eléctrico moderno. Este sí sentó las bases de lo que conocemos hoy: luces de colores controladas por un sistema automático. Desde entonces, se extendió rápidamente por todo el planeta como elemento esencial en el desarrollo de la movilidad urbana.
¿Por qué rojo, ámbar y verde?
El código de colores no fue escogido al azar:
Rojo: universalmente asociado al peligro y la prohibición. Ya en los ferrocarriles se usaba para detener los trenes.
Ámbar (amarillo): indica precaución o advertencia. Es un color visible incluso con poca luz y prepara al conductor para frenar o arrancar.
Verde: asociado a lo positivo y a la seguridad, se adoptó como el color para avanzar.
Este lenguaje visual se convirtió en un estándar internacional, lo que facilita la comprensión de las normas incluso en países con idiomas y culturas muy diferentes.
Tipos de semáforos que existen

Los semáforos no son todos iguales. Según su función, encontramos:
- Semáforos para vehículos: los más comunes, con las tres luces tradicionales.
- Semáforos para peatones: suelen representar figuras humanas (roja y verde), a veces con temporizador en segundos para cruzar.
- Semáforos inteligentes: incorporan sensores de tráfico, cámaras o sistemas que se adaptan en tiempo real a la densidad de vehículos.
- Semáforos sonoros: ayudan a las personas con discapacidad visual mediante pitidos o vibraciones.
- Semáforos específicos: para bicicletas, tranvías o carriles exclusivos (con pictogramas en lugar de círculos).
Incluso hay experimentos recientes con semáforos proyectados en el suelo, muy útiles para peatones distraídos con el móvil.
Cómo funcionan los semáforos modernos

Hoy en día, los semáforos se controlan a través de centros de gestión de tráfico que coordinan miles de cruces de manera simultánea. Existen sistemas con temporizadores fijos y otros más avanzados con inteligencia artificial, capaces de detectar atascos y dar prioridad a determinados carriles, transporte público o vehículos de emergencia.
En algunas ciudades también se está probando la conexión entre vehículo y semáforo (V2I), que permite que el coche sepa de antemano cuánto falta para que cambie la luz.
Multas por no respetar un semáforo

Saltarse un semáforo en rojo es una de las infracciones más graves en la normativa de tráfico. En España, según la Ley de Seguridad Vial, conlleva:
- Multa de 200 €.
- Pérdida de 4 puntos del carné.
Si el semáforo está en ámbar y no puedes detenerte de forma segura, se permite pasar. Pero si el ámbar está fijo y hay tiempo de sobra para frenar, hacerlo se considera una infracción leve. Además, en muchos cruces hay cámaras de control de semáforos en rojo (foto-rojo), que detectan automáticamente a los infractores.
Curiosidades del semáforo
- En Japón, algunos semáforos verdes parecen azules porque en el idioma japonés el mismo término histórico se usaba para ambos colores.
- En algunas ciudades, las figuras de los semáforos peatonales se personalizan: en Berlín está el famoso Ampelmännchen y en Viena se han usado iconos inclusivos como parejas del mismo sexo, algo que después vino a España.
- Hay semáforos solares que funcionan sin estar conectados a la red eléctrica, muy útiles en entornos rurales o emergencias.
El papel del semáforo en la movilidad del futuro

Lejos de ser un invento del pasado, el semáforo sigue evolucionando. Los nuevos desarrollos apuestan por integrar su funcionamiento con vehículos autónomos, redes 5G y sistemas de movilidad urbana inteligente. De este modo, los semáforos podrán no solo ordenar el tráfico, sino también comunicarse con coches y peatones para reducir accidentes y mejorar la fluidez en las ciudades.
El semáforo es mucho más que una luz que nos dice cuándo parar y cuándo seguir. Es un invento con más de 150 años de historia, que nació para reducir accidentes y que hoy sigue siendo pieza clave en la seguridad vial. Conocer su origen, los motivos de sus colores, los tipos que existen y las sanciones por no respetarlo nos ayuda a valorar un elemento que, aunque cotidiano, ha salvado millones de vidas en todo el mundo.
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