
Válvula EGR: qué es, cómo funciona y por qué puede ser tu peor (o mejor) aliada
La válvula EGR (Exhaust Gas Recirculation, o recirculación de gases de escape) es una de esas piezas del motor que muchos conductores conocen solo cuando aparece una avería costosa. Sin embargo, su papel es fundamental para reducir las emisiones contaminantes y cumplir con las normativas medioambientales modernas. En este artículo repasamos qué es, cómo funciona, los problemas que puede causar y cómo evitar su fallo.
¿Qué es la válvula EGR?
La válvula EGR es un sistema que recircula parte de los gases de escape hacia la admisión del motor para reducir las emisiones de óxidos de nitrógeno (NOx), uno de los contaminantes más perjudiciales generados durante la combustión. Al volver a introducir una pequeña cantidad de gases ya quemados, disminuye la temperatura de combustión, lo que reduce drásticamente la formación de NOx.
En resumen, la EGR no mejora el rendimiento del motor, pero ayuda a que sea más limpio y eficiente medioambientalmente. Es un componente obligatorio en los motores modernos para cumplir las normativas Euro de emisiones.
Cómo funciona la válvula EGR

El funcionamiento de la EGR depende del tipo de motor, pero el principio es común: redirigir parte de los gases de escape al colector de admisión.
- En los motores diésel, la válvula se abre cuando el motor trabaja a baja carga o velocidad constante y se cierra cuando se demanda potencia.
- En los motores de gasolina, ayuda a controlar la temperatura de combustión en determinadas condiciones para mejorar la eficiencia.
Tipos de EGR
- EGR neumática: se acciona mediante el vacío generado por el motor, simple pero menos precisa.
- EGR electrónica: controlada por la centralita (ECU), permite una gestión exacta del flujo de gases.
Los modelos más modernos incluyen además un enfriador de gases, que reduce la temperatura antes de su reintroducción, mejorando la eficiencia y minimizando el riesgo de autoencendido.
Problemas típicos de la válvula EGR

La EGR es propensa a ensuciarse con carbonilla, especialmente en los motores diésel que circulan frecuentemente por ciudad o a bajas revoluciones. Con el tiempo, puede quedarse atascada abierta o cerrada, provocando:
- Pérdida de potencia.
- Aceleraciones irregulares o tirones.
- Aumento del consumo.
- Encendido del testigo de motor.
- Ralentí inestable o emisiones de humo negro.
Una EGR obstruida también puede afectar al turbo o al filtro antipartículas (FAP/DPF), generando averías más costosas.
Coste de reparación o sustitución
El precio depende del modelo de coche y la dificultad de acceso:
- Limpieza de EGR: entre 80 y 150 euros.
- Sustitución completa: entre 300 y 800 euros, pudiendo superar los 1.000 € en motores complejos o con enfriador EGR.
En los motores modernos, la EGR suele estar ubicada en lugares poco accesibles, lo que incrementa el coste de mano de obra.
Cómo prevenir averías en la EGR

Aunque su desgaste es inevitable, hay hábitos que pueden alargar su vida útil:
- Evita trayectos cortos frecuentes.
- Conduce periódicamente en carretera para limpiar el sistema.
- Usa combustible y aceite de buena calidad.
- Mantén el filtro de aire en buen estado.
- Nunca anules la EGR: es ilegal y puede afectar al motor y la ITV.
Anular la EGR: por qué no deberías hacerlo
Algunos talleres ofrecen anular la EGR (por software o placas metálicas), pero no es legal. Los sistemas anticontaminación deben estar operativos para superar la ITV y cumplir las normativas. Además, puede provocar errores en la centralita y afectar al rendimiento del motor. Si la EGR falla, lo correcto es limpiarla o sustituirla.
¿Qué hacer si se enciende el testigo del motor por la EGR?

Si el testigo de motor aparece, realiza un diagnóstico OBD para confirmar si la EGR es la causa. Si el fallo es leve, puede bastar con una limpieza. En caso de avería mecánica o electrónica, habrá que sustituirla. Conducir con la EGR dañada no es recomendable, ya que aumenta el consumo, las emisiones y el riesgo de daños mayores.
EGR y motores modernos: en evolución
En los motores más nuevos, la EGR combina circuitos de alta y baja presión controlados electrónicamente. Estos sistemas son más eficientes y menos propensos a ensuciarse. Aun así, siguen siendo vitales para cumplir con las normas Euro 6 y futuras Euro 7.
La válvula EGR es una solución sencilla pero crucial para reducir las emisiones contaminantes. Aunque su mantenimiento puede resultar molesto, es esencial para el buen funcionamiento del motor y la protección del medio ambiente. Cuidarla no solo evita reparaciones costosas, sino que también garantiza un coche más eficiente y duradero.
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