
La historia de MG
Si hablamos de MG (Morris Garages), hablamos de una de las historias más singulares, románticas y dramáticas del automovilismo. Durante décadas, sus descapotables abiertos fueron el sinónimo universal de la conducción deportiva, un icono de la cultura británica exportado a todo el mundo. Sin embargo, su trayectoria es un relato de dos mitades: la épica de los roadsters clásicos y un sorprendente resurgimiento global en el siglo XXI bajo una filosofía completamente renovada.
Para entender el fenómeno MG actual, con sus eléctricos y SUV, es vital conocer la profundidad de su legado, un legado que huele a aceite de motor, cuero desgastado y césped inglés. Vamos a hacer un repaso por su historia y cómo fue capaz de resurgir con otra sangre corriendo por sus venas.
Los orígenes y la era pre-Leyland (1924-1955)

La historia de MG arranca en 1924 en Oxford, Inglaterra, gracias a Cecil Kimber, el visionario gerente de Morris Garages, la filial minorista del magnate William Morris. Kimber se dedicó a tomar los modestos coches Morris, aligerar sus chasis y potenciar sus motores, creando máquinas aptas para competir en las carreras locales. Así nació el concepto MG. El primer hito sería el lanzamiento del MG M-Type Midget, el primer coche en llevar la icónica denominación Midget, marcando una era de pequeños deportivos ligeros.
El logotipo, el icónico octágono, se convirtió de inmediato en la identidad de esta deportividad asequible. En esta era temprana, MG no solo se hizo famoso por los modelos Midget de competición, sino también por la exitosa Serie T (TA, TB, TC, TD y TF). Estos pequeños biplazas, con sus característicos guardabarros separados y su look clásico, se hicieron enormemente populares en Estados Unidos, convirtiéndose en el primer coche deportivo para muchos americanos.
El icono mundial y los años de oro (1955-1980)

La consagración de MG como marca global de roadsters llegó con dos grandes modelos que definieron una época:
- El MGA (1955): Tras la Segunda Guerra Mundial, el diseño necesitaba modernizarse. El MGA supuso una ruptura espectacular con la Serie T: líneas bajas, una aerodinámica avanzada y un motor más potente. Fue un éxito instantáneo, demostrando que MG podía fusionar belleza y rendimiento.
- El MGB (1962): Este coche es el verdadero héroe de MG. Se fabricó durante casi dos décadas y se convirtió en el deportivo biplaza más vendido del mundo. Fue la perfecta fórmula entre fiabilidad, diseño atractivo y accesibilidad. Además, el MGB tuvo su versión coupé, el MGB GT, diseñado por Pininfarina, un modelo que añadía un toque de practicidad y elegancia deportiva.
Lamentablemente, esta etapa de éxito comercial se vio eclipsada por el caos industrial británico. MG pasó a formar parte del mastodóntico y problemático conglomerado British Leyland (BL), donde la falta de inversión, la inestabilidad laboral y la calidad decreciente minaron la salud de la marca hasta que, en 1980, el MGB cesó su producción.
Olvido, resurgir y colapso (1980-2005)

Tras el fin del MGB, MG fue relegada a una simple denominación deportiva aplicada a versiones potenciadas de coches Rover. Tuvimos el MG Metro y el MG Maestro, vehículos que, aunque competentes, no tenían nada que ver con el espíritu roadster original. Eso pareció revivir en 1995 con el lanzamiento del MGF. Fue un esfuerzo valiente por parte de la compañía (entonces ya como Rover Group) para recuperar la tradición. Era un roadster moderno de motor central que ofrecía una conducción fresca y emocionante.
El diseño se actualizó posteriormente en 2002 al MGTF. Sin embargo, la inyección de capital llegó demasiado tarde. El legado británico de MG terminó de la forma más dolorosa posible en abril de 2005, cuando MG Rover Group colapsó en medio de una gran crisis financiera. Se puso fin a 81 años de historia de coches británicos de bajo coste y altas emociones.
La resurrección China (2007-Actualidad)

Tras la subasta de los activos, el gigante chino SAIC Motor (Shanghai Automotive Industry Corporation) adquirió MG. Esta compra marcó el inicio de la segunda era de MG y un cambio de filosofía de 180 grados. SAIC mantuvo la herencia británica (el octágono y los centros de diseño en el Reino Unido) pero cambió la estrategia: de ser una marca de deportivos nicho, MG pasó a ser una marca de movilidad de volumen, asequible y centrada en la electrificación.
Modelos como el MG ZS y o el HS fueron la punta de lanza de esta expansión. En Europa, MG ha triunfado ofreciendo una ecuación simple pero efectiva: mucha tecnología, gran equipamiento y una autonomía decente a un precio altamente competitivo. Su rápido crecimiento ha sido uno de los fenómenos más notables en el mercado europeo de la última década.
Historia del logo

El logotipo de MG, el icónico octágono, es tan sencillo como memorable. Kimber lo eligió para dar una identidad distintiva a sus preparaciones deportivas. Es un diseño geométrico que encerraba las iniciales MG (Morris Garages) y que, desde el principio, se asoció con vehículos pequeños, ágiles y asequibles para el gran público. El octágono se ha mantenido prácticamente inalterable a lo largo del siglo, sirviendo como un nexo visual entre el pasado británico y el presente global.
MG en competición

El corazón racing de MG nunca ha dejado de latir, demostrando que su ingeniería iba más allá de los roadsters de serie:
- Récords de velocidad: MG fue un pionero en la búsqueda de la velocidad pura, rompiendo récords mundiales en los años 30 con sus prototipos aerodinámicos MG EX en las salinas de Bonneville.
- Resistencia y rally: Sus vehículos pequeños dominaron pruebas de resistencia y rally en su categoría. Incluso tras la crisis, la marca intentó recuperar el prestigio compitiendo en las 24 Horas de Le Mans a principios de los 2000 con prototipos como el MG Lola EX257.
El futuro en clave eléctrica

El futuro de MG está asegurado bajo la estrategia de electrificación de SAIC. La marca ha demostrado que su enfoque está en el volumen y la electrificación asequible. Sin embargo, el legado no se olvida. MG ha emocionado a los puristas con el anuncio y desarrollo del MG Cyberster, un roadster descapotable biplaza, completamente eléctrico.
Este modelo es una declaración de intenciones: un intento audaz de combinar el espíritu del MGB clásico con la tecnología cero emisiones del mañana, cerrando el círculo de la historia y garantizando que el octágono seguirá siendo sinónimo de deportividad, aunque ahora el rugido venga de un motor eléctrico.
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