
Los desplazamientos al centro de trabajo: uno de los mayores riesgos para empleados por cuenta ajena y autónomos
A menudo pensamos en los riesgos laborales como cascos de obra, arneses de seguridad o guantes protectores en una fábrica. Sin embargo, para la inmensa mayoría de los españoles, el momento más peligroso de su jornada laboral no ocurre en la oficina ni en el taller, sino en el trayecto de ida y vuelta a casa. El asfalto se ha convertido en el entorno más hostil para el trabajador, y las cifras del último II Informe sobre Seguridad Vial Laboral elaborado por RACE y GAD3 son un contundente recordatorio de esta realidad silenciosa.
La estadística es demoledora y debería hacernos reflexionar cada vez que giramos la llave del contacto o pulsamos el botón de encendido. De todos los accidentes viales relacionados con el trabajo en 2024, el 72 % fueron siniestros in itinere, es decir, tuvieron lugar durante el desplazamiento entre el domicilio y el puesto de trabajo. No estamos hablando de transportistas profesionales cruzando Europa, sino de ciudadanos corrientes atrapados en la rutina diaria.

De hecho, el automóvil particular es el protagonista absoluto en más de la mitad de estos sucesos, superando con creces a otros medios de transporte. Lo preocupante es que, tras el espejismo de seguridad que supuso la pandemia (el confinamiento redujo la siniestralidad vial), las cifras han vuelto a escalar. Desde 2021, la curva de accidentes no ha dejado de subir, registrándose en 2024 más 76.000 accidentes viales laborales, una de las cifras más altas de la serie histórica. Parece que hemos recuperado la normalidad, pero también hemos recuperado las malas costumbres y los riesgos al volante.
Cuando se pregunta a los protagonistas por qué ocurre esto, las respuestas varían según quién esté al volante, revelando dos caras de una misma moneda. Los trabajadores por cuenta ajena señalan al estado del vehículo como un factor determinante, con más de un 70 % hablando de la edad del coche y de su mantenimiento como factor principal. Además, existe una demanda clara hacia las empresas: muchos empleados creen firmemente que una mayor flexibilidad horaria y el fomento del teletrabajo serían las vacunas más eficaces contra estos accidentes, que han estado presentes en el 29 % de los casos.

Por otro lado, la situación de los autónomos dibuja un panorama psicológicamente más complejo. Para este colectivo, el enemigo no es tanto la máquina como la mente. El 81 % de los trabajadores por cuenta propia identifica el cansancio y el estrés (las prisas por llegar, la presión de los objetivos...) como los detonantes principales de la siniestralidad. A esto se suma el uso del teléfono móvil, una distracción letal admitida como factor de riesgo por casi el 70 % de los autónomos encuestados.
La solución a esta sangría no es única, pero parece pasar por un cambio de cultura empresarial y personal. Las medidas preventivas mejor valoradas incluyen desde el mantenimiento riguroso de los vehículos y la mejora de las infraestructuras hasta una gestión más humana de los tiempos de desplazamiento. La aprobación de la nueva Ley de Movilidad Sostenible podría ser una herramienta decisiva para la implantación de planes de movilidad en las empresas y homogeneizar criterios.
La carretera no debería ser una extensión del estrés de la oficina ni una carrera a contrarreloj. Al final, el objetivo de la jornada laboral no es solo cumplir con las tareas, sino volver a casa sanos y salvos.
Fuente: RACE
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