Mildred Mary Petre: una precursora que se ganó el respeto de todos

A lo largo de la historia del automovilismo, algunos nombres han quedado grabados por sus hazañas deportivas, mientras que otros, pese a lograr gestas extraordinarias, han permanecido injustamente en la sombra. Este es el caso de Mildred Mary Petre, más conocida como Mrs. Victor Bruce, una mujer que redefinió los límites de la resistencia al volante en una época en la que la presencia femenina en el motor era prácticamente anecdótica.

Su legado, plagado de récords y travesías imposibles, la convierte en una de las grandes pioneras del mundo del motor. Mildred Mary Petre nació en 1895 en una familia acomodada británica, pero su futuro no seguiría la vida convencional que se esperaba para una mujer de su época. Desde joven mostró un fuerte carácter independiente y una pasión temprana por los motores, algo poco habitual en las primeras décadas del siglo XX.

Su matrimonio con Victor Bruce, también piloto, no la relegó a un papel secundario: al contrario, se convirtió en la plataforma perfecta para desarrollar su ambición automovilística. Mientras muchas mujeres eran excluidas de las competiciones oficiales, ella decidió hacerse hueco, no a través de carreras cortas, sino desafiando los récords de resistencia más exigentes del mundo. Eso sí, su nombre de soltera fue menos utilizado que el de casada por decisión propia, incluso después de su divorcio.

La carrera de Mrs. Victor Bruce es una sucesión de hitos que incluso hoy siguen resultando sorprendentes:

• Récord de las 24 horas en Brooklands (1927): A bordo de un AC Six,batió el récord de distancia total, siendo la primera mujer en la historia en ganar un trofeo de resistencia a nivel nacional en Reino Unido.
• Participación histórica en Monte Carlo (1927): Aunque no ganó la clasificación absoluta, pero sí logró imponerse en su categoría, demostrando nuevamente su talento.
• Récord de conducción en solitario (1929): Recorrió 3.482 kilómetros en apenas 24 horas en Montlhéry (París). Lo hizo con un Bentley 4½ Litre superando los 143 km/h de velocidad media.
• Vuelta a Europa en solitario: También ella sola recorrió más de 9.500 kilómetros con un Austin 7 por varios países europeos (Francia, Alemania, Italia, Noruega, Bélgica o Suecia entre otros).
• Récord aéreo para rematar: En 1930 decidió aprender a volar y batió el récord de velocidad y distancia para una aviadora británica, cubriendo un Croydon hasta Madrid sin escalas.

Mildred destacaba por su capacidad para mantener ritmos constantes durante horas, algo crucial en las pruebas de larga distancia. Mientras que muchos pilotos dependían de la fuerza bruta y los reflejos rápidos, ella aplicaba una estrategia más racional y eficiente: anticipar las curvas, proteger la mecánica, gestionar el esfuerzo físico, y mantener un control absoluto del coche en cualquier circunstancia. Esta forma de competir la convirtió en una de las más respetadas conductoras de resistencia de su tiempo.

Aunque Mrs. Victor Bruce no obtuvo el reconocimiento mediático de otros pilotos, su influencia fue profunda. Tanto es así, que su historia es una de esas que merecen ser contadas una y otra vez. Sus récords, su valentía y su visión la convierten en una de las figuras clave (aunque poco conocidas) del sector. En un tiempo en el que las mujeres apenas tenían presencia pública, ella viajó sola por Europa, ganó pruebas de resistencia y batió récords que la industria del motor aún celebra.

Hoy, cuando el papel femenino en la automoción vuelve a estar bajo debate, su legado cobra más sentido que nunca: fue una de las primeras en demostrar que la pasión por los coches no entiende de barreras ni de género.