
¿Está justificado el sobreprecio del nuevo Toyota Land Cruiser?
Cuando se anunció la nueva generación del Toyota Land Cruiser, muchos aficionados emitieron buenas críticas. Por fin volvía a su esencia en términos de diseño, sobre todo con una First Edition con los faros redondos que fue muy acertada. Además, evolucionaba en otros aspectos como el tecnológico o la calidad, al tiempo que mantenía otros como la habitabilidad o las capacidades fuera del asfalto. Si hubo una crítica que fue generalizada fue su precio, que estaba muy por encima del que tenía su antecesor. Tras probarlo y grabarlo en vídeo, vamos a analizar si está justificado su sobreprecio o si ha sido desproporcionado.
En España el nuevo Land Cruiser parte de 85.450 euros, una tarifa que se acerca peligrosamente a sus rivales de marcas premium. Con una configuración un poco más trabajada se puede quedar cerca de las seis cifras, un terreno en el que destacan modelos como el Land Rover Defender o el Mercedes Clase G. Es mucho diferencia respecto al anterior, que anunciaba un precio de 56.400 euros en el momento que lo probamos. Es cierto que en ese caso había versiones más básicas y enfocadas en el trabajo, mientras que actualmente sólo hay una variante que es realmente completa por equipamiento y que cuenta con las cinco puertas y siete plazas de serie. Por lo tanto, estamos ante un cambio en el posicionamiento.
La nueva generación de Toyota Land Cruiser quiere ser un todoterreno más completo que nunca, dejar atrás anteriores entregas por niveles de refinamiento y de calidad. Ya lo veíamos a través de un exterior más reconocible y en el que se podía incluir un nivel superior de personalización, pero la revolución va por dentro. El habitáculo es mucho más digital y las pantallas ganan protagonismo. No es que nos parezca lo más correcto del mundo, pero es la tendencia que tenemos. Y, por suerte, el modelo japonés mantiene un buen número de botones para controlar algunos aspectos principales sin restar atención a la carretera. Por no hablar de que los materiales empleados son de un tacto ineludible o que tiene opciones como la guantera refrigerada o el enorme techo panorámico practicable.
Hasta la fecha, el Land Cruiser era una bestia fuera del asfalto, pero tenía carencias en carretera. Con este cambio generacional se ha mejorado su comportamiento en esta tesitura. Se muestra más dócil y silencioso, con un confort en marcha envidiable. Todo ello sin perder un ápice de sus capacidades off-road. Mantiene el robusto chasis y la tracción total con reductora y la tecnología del Sistema Multi-Terrain. Los modos ayudan y también lo hacen los generosos ángulos todoterreno, aunque siempre tendremos que mencionar la pega de su elevado peso de 2.370 kg. Por lo tanto, podemos decir que es demasiado el sobreprecio comparado con su antecesor, pero también que el nuevo Toyota Land Cruiser no tiene nada que ver...
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