
Los 10 peligros más comunes al comprar un coche de segunda mano y cómo evitarlos
Muchas personas tienen miedo a la hora de comprar un coche de segunda mano. Sin embargo se trata de una transacción segura si se toman las precauciones adecuadas y se revisan todos los aspectos clave antes de cerrar la operación.
Un coche de ocasión no puede configurarse según gustos personales como un coche nuevo, pero no cabe duda de que comprar un coche de ocasión tiene beneficios, más allá de ser una excelente forma de ahorrar dinero. Eso sí, es posible que conozcas muchos casos en los que acabaron conllevando enormes gastos en reparaciones, así como fraudes o problemas legales. Analicemos los peligros más frecuentes al adquirir un vehículo usado en España, cómo detectarlos y las medidas clave para protegerte.
Cuentakilómetros trucados
Es el temor más común y se conocen muchos casos (independientemente del tipo de vendedor). Se habla de cifras del entorno del 10-16 %, pero no hay datos oficiales al respecto.
La preocupación es comprensible, ya que una manipulación de cuentakilómetros puede ocultar desgaste en motor, transmisión o suspensiones, caros de reparar.

Más allá de las clásicas comprobaciones de pedales, volante y asientos, para que se corresponda con km declarados, el historial de mantenimiento ha de reflejar los km que el coche ha recorrido. Lo hacen así los talleres oficiales y, de un tiempo a esta parte, las ITV. Existen también informes que ofrecen algunas empresas que revelan cambios de kilometraje.
2. Averías ocultas
Es posible que un coche esconda problemas que no se ven a simple vista. Son los llamados vicios ocultos que están regulados por ley. Son aquellos que pueden afectar a caja de cambios, motor, culata, pantalla del sistema de infoentretenimiento…
Es posible denunciarlos y reclamar los costes que hayan supuesto esos fallos, pero es un proceso legal engorroso que consume tiempo y dinero. Por ello es mejor defenderse de manera preventiva. Desde realizar una prueba de conducción para intentar detectarlos a que realice una revisión un mecánico independiente (mejor si además de lo habitual emplea un escáner OBD que detecta fallos electrónicos, pero tiene un coste añadido).
3. Falta de garantía
Los vehículos de ocasión tienen garantía. Eso sí, depende del tipo de vendedor:
- Garantía legal mínima de concesionario: Si compras a un profesional o concesionario, la ley exige una garantía mínima de 12 meses. Esta garantía cubre averías no derivadas del desgaste natural o mal uso, y debe estar incluida en el precio. Algunas marcas y concesionarios amplían voluntariamente esta garantía hasta 24 meses.
- Garantía entre particulares: En compras entre particulares, la garantía legal es de seis meses y cubre vicios ocultos, es decir, defectos graves no aparentes y existentes antes de la venta. El comprador debe demostrar la existencia y antigüedad del defecto para reclamar.

Además, existen otros tipos de garantías complementarias, no obligatorias:
- Garantía externa: Es posible contratar garantías adicionales con aseguradoras especializadas. Estas pólizas cubren componentes específicos y pueden complementar la garantía legal. Puede ser útil en compras a particulares o cuando expira la garantía del concesionario.
- Seguro de garantía: Algunos vendedores ofrecen seguros de garantía, que cubren reparaciones imprevistas tras la compra. Es importante diferenciarlo de la garantía legal, ya que su cobertura y condiciones pueden variar.
4. Accidentes no declarados
Un coche que haya sufrido un accidente grave vale mucho menos. Dependiendo del impacto, puede tener el chasis deformado (lo que afecta a la rigidez del vehículo y compromete la seguridad en caso de otro impacto), airbags no reemplazados o mal instalados, problemas de alineación o averías mecánicas recurrentes.

Ante la dificultad de revenderlo, por la devaluación acelerada (llegan a valer entre un 30 y 40 % menos) y la desconfianza de los compradores, es por desgracia común que se intente esconder el golpe. La recomendación en este punto es, ante la duda, solicitar informes a la DGT o Carfax. Y también:
- En una inspección visual del coche puedes detectar diferenciar de color entre paneles, juntas y sellantes irregulares en puertas o maletero, tornillos marcados o repuestos en zonas críticas como chasis o suspensiones y malas alineaciones entre paneles que indican una mala reparación.
- En la prueba dinámica puedes detectar ruidos anormales, volante desalineado o olores a quemado o humedad…
- En una revisión de mecánico experto: Empleando un medidor de espesor puede detectar capas de pintura, inspeccionar el chasis a fondo con un elevador, en busca de soldaduras o deformaciones…
Si aún no lo has comprado y detectas que ha sufrido un accidente puedes negociar un precio mucho más bajo. Si ya lo has comprado y no te lo dijeron, puedes demandar por venta fraudulenta si el vendedor ocultó información clave.
5. Deudas pendientes
Si el anterior dueño no pagó impuestos, multas o préstamos, el coche podría ser embargado. Lo mejor en este caso es solicitar un informe de cargas en la DGT o notaría y, en todos los casos, un contrato de compraventa con la cláusula libre de carga.
6. Fraudes en la venta
Las estafas más comunes son intentos de venta de vehículos robados con documentación falsa o supuestos vendedores desaparecen tras recibir el dinero.
Lo mejor es verificar bien el permiso de circulación y el DNI del vendedor. También desconfiar de precios demasiado bajos, cuya finalidad es siempre servir como gancho y atracción.
7. Problemas en la ITV
Existen ITV “arregladas” que ocultan fallos y deficiencias graves como corrosión estructural o emisiones ilegales. Solucionarlas después (en la siguiente inspección) puede implicar un gasto importante de dinero. Es posible revisar el historial de ITV o pedir una pre-ITV antes de comprar el vehículo.
Presta especial atención a coches con modificaciones (escape, llantas) que se escapen de la homologación, ya que esas partes han de ser legales.
8. Garantías engañosas
Presta atención a la letra pequeña de la garantía. Algunas excluyen piezas clave (turbo, caja de cambios). Y ojo con las garantías «de talleres externos» con letra pequeña inaplicable. Lo mejor en estos casos es elegir vehículos con garantía oficial de marca (aunque sean más caros).
La garantía debe cubrir averías mecánicas y eléctricas no derivadas del desgaste habitual ni del mal uso. Debe incluir reparaciones de defectos existentes antes de la venta, pero no el desgaste de piezas, mantenimiento periódico y daños por uso inadecuado. Estos suelen quedar fuera de la cobertura.
9. Procedencia dudosa
Todo el mundo busca un coche cuidado y con los mantenimientos hechos de manera escrupulosa. No siempre es así, por desgracia. Los coches de alquiler o flotas suelen nutrir el mercado de coche joven de ocasión y a menudo son unidades con un uso muy intensivo (con el motor muy castigado) y al que se le han realizado los mantenimientos preventivos justos (con cambios de aceite retrasados, por ejemplo).
Procura evitar coches con varios dueños en poco tiempo. Es una información que aparece en el informe de la DGT.
10. Contratos de compraventa ambiguos
Un contrato de compraventa de coche, ya sea entre particulares o con un profesional, debe incluir obligatoriamente una serie de cláusulas y datos para garantizar la seguridad jurídica de ambas partes. Estos son los elementos esenciales que debe contener:
- Datos de vendedor y comprador: Nombre completo, DNI/NIE, domicilio y teléfono
- Datos del vehículo: Matrícula, marca y modelo, número de bastidor (VIN), fecha de primera matriculación, kilometraje actual (debe coincidir con el cuentakilómetros)
- Precio acordado: Debe especificarse en números y letras
- Forma de pago: Efectivo, transferencia (indicar IBAN), financiación, etc.
- Fecha de entrega: Día en que se hará efectiva la transmisión
- Lugar de entrega: Dirección donde se realizará la transacción
- Situación legal del vehículo: Que está libre de cargas, embargos o deudas. Que no es objeto de ningún procedimiento judicial. Que el vendedor es el legítimo propietario
- Estado del coche: si se vende «tal cual» o con garantía y si tiene averías conocidas (deben especificarse)
- Obligaciones del vendedor: entregar el coche en las condiciones pactadas, proporcionar toda la documentación necesaria, tramitar la baja en su nombre del impuesto de circulación.
- Obligaciones del comprador: pagar el precio acordado, hacerse cargo de los gastos de transferencia
- Documentación adjunta: El contrato debe mencionar que se entregan el permiso de circulación, tarjeta ITV, ficha técnica, última tarjeta de inspección ITV, factura original o documento acreditativo de propiedad, manuales y llaves, justificante de pago del impuesto de circulación
- Cláusulas adicionales recomendables, como si se aplica garantía y su duración si se dio algún adelanto, quién asume las posibles multas anteriores a la venta…
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