Este pequeño fabricante le ha quitado a Koenigsegg la corona de Laguna Seca

Si has perdido la cuenta de quién tiene el récord de coche de producción en algunos circuitos, no te culpo. Hay algunos como Nürburgring que están masificados. Y Laguna Seca parece ir por el mismo camino En los últimos años, el título ha cambiado de manos tantas veces entre Czinger y Koenigsegg que parece un partido de ping-pong a 300 km/h. Pero el último golpe sobre la mesa, dado este mes de diciembre, ha sido un golpe de partido.

La firma californiana Czinger ha vuelto a reclamar su territorio con un tiempo estratosférico de 1:22.30. Para ponerlo en contexto: no solo han batido el récord anterior de Koenigsegg (1:24.16), sino que lo han rebajado en casi dos segundos completos. En el mundo de la alta competición, donde se lucha por milésimas, dos segundos es una eternidad. Es la diferencia entre ganar una carrera y que te doblen.

Esta rivalidad comenzó en 2021, cuando un entonces desconocido Czinger 21C destronó al McLaren Senna. Desde entonces, la lucha ha sido encarnizada. El pasado mes de noviembre, Koenigsegg parecía haber sentenciado el juego con su Jesko, marcando un 1:24.16. Sin embargo, los suecos tuvieron que correr con un hándicap importante: debido a las estrictas normas de ruido de Laguna Seca (90 dB), el Jesko tuvo que montar un silenciador adicional enorme y llantas de aluminio más pesadas, lo que lastró su rendimiento.

Czinger, jugando en casa (su sede está en Los Ángeles), no ha tenido piedad. Su 21C no es un coche normal; es un superdeportivo de alto rendimiento diseñado con inteligencia artificial e impresa en 3D. Bajo su carrocería esconde un motor V8 biturbo de 2.88 litros y cigüeñal plano que gira hasta las 11.000 rpm, asistido por dos motores eléctricos. El resultado: 1.250 CV para mover poco más de 1.200 kg. Una relación peso-potencia de 1:1 que desafía a la física.

La pelota está ahora en el tejado de Christian von Koenigsegg. La diferencia de dos segundos es abismal, pero sabemos que el Jesko corrió «atado» en su último intento. Si los suecos logran encontrar un día sin restricciones de ruido o mejorar su configuración aerodinámica, podríamos ver otro capítulo de esta saga en 2026.

Mientras tanto, marcas históricas como Ferrari o Porsche miran desde la barrera cómo estos dos «recién llegados» (relativamente) reescriben las leyes de la velocidad. Para los fanáticos, es la época dorada: nunca antes habíamos visto una guerra tecnológica tan abierta y salvaje por ser el rey de la colina. O en este caso, el rey del «Sacacorchos».