
El Mazda Vision X-Coupe quiere ser el golpe maestro que nadie vio venir
El Mazda Vision X-Coupe es el último y más rompedor prototipo de la marca japonesa, presentado en el Japan Mobility Show como un escaparate de visión de futuro: tanto en diseño como en tecnología de propulsión.
Su nombre evoca deportividad, pero sus proporciones sorprenden: con 5,05 metros de longitud y una anchura de casi dos metros, supera en tamaño a la mayoría de coupés del mercado e incluso a berlinas premium, aunque mantiene una altura más propia de un turismo alto que de un deportivo clásico. El lenguaje de diseño Kodo alcanza en este Vision X-Coupe su máxima expresión escultural, con una carrocería musculosa, voladizos cortos y líneas marcadas que refuerzan la presencia atlética.

Si bien Mazda tiene en su catálogo al MX-5, este concepto mira directamente hacia arriba: al segmento gran turismo, situándose cerca de modelos como el Maserati GranTurismo en longitud y anchura, aunque se desmarca con una altura de 1,48 metros (frente a los 1,35 metros del italiano).
Debajo de esa carrocería espectacular se esconde una propuesta mecánica singular. Se trata de un sistema híbrido de 510 CV, que combina un motor rotativo de dos rotores sobrealimentado por turbocompresor junto a un sistema eléctrico capaz de recorrer hasta 160 km sin recurrir a gasolina. Mazda apuesta por mantener viva su tradición del motor rotativo, ahora adaptado a los tiempos modernos gracias a la hibridación, la sobrealimentación y un planteamiento claramente orientado a la eficiencia y las bajas emisiones.

Sin embargo, la verdadera revolución del Vision X-Coupe reside en su enfoque hacia la neutralidad de carbono con un doble enfoque:
- Utiliza un biocombustible derivado de microalgas, cuya producción absorbe CO2 durante el crecimiento del alga, compensando así parte de las emisiones generadas al quemarse.
- Suma un sistema de captura de CO2 integrado en el escape, que permite reducir significativamente la huella ambiental, aunque la marca no precisa la eficiencia ni la tecnología exacta del sistema de captura.
El Vision X-Coupe es, por tanto, algo más que un show car: representa la apuesta de Mazda por mezclar emoción y sostenibilidad, defendiendo que la pasión por la conducción y la responsabilidad ambiental no tienen por qué estar reñidas. Si la marca logra llevar a la producción, aunque sea parcialmente, soluciones como el motor rotativo híbrido, el uso de biocombustibles o la captación de CO2, el Vision X-Coupe será recordado más allá de por ser una escultura sobre ruedas, sino como un la apuesta de Mazda por el futuro del automóvil premium deportivo.
Fuente: Mazda
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