
Por qué es el Mazda CX-80 un coche premium y por qué no lo es (análisis en vídeo)
Nos hemos puesto a deshojar la margarita de Mazda. En lugar de un «me quiere o no me quiere», que es lo que haría cualquier enamorado, hemos decidido preguntar «es premium o no es premium». Porque esa es una de las grandes cuestiones de la firma de Hiroshima en los últimos tiempos. ¿Se trata de un «quiero y no puedo»? ¿O es realmente superior a otras marcas generalistas?
No nos hemos andado con remilgos. Lo mejor es comprobarlo, en este caso con el Mazda CX-80 2025, el SUV más grande de la marca en Europa, donde ha echado el resto. Hay tres aspectos en los que nos ha parecido que ofrece características poco comunes, que es al final lo que distingue a una firma premium de una generalista.
Para empezar, nos convence la forma de hacer un siete plazas, logrando una distancia entre ejes superlativa y un espacio interior muy bueno comparado con otros SUV de siete plazas... que pueden ser seis en el CX-80, para viajar a lo grande.
Ya que hablamos de viajes, convence el motor diésel del Mazda CX-80 e-SkyActiv D. Un bloque con 3,3 litros de cilindrada de seis cilindros en línea, con microhibridación. Apenas Audi, BMW, Mercedes y Land Rover tienen algo así. Los acabados interiores serían el tercero de los puntos fuertes, como te contamos en este vídeo:
¿Qué tres cosas echamos de menos? Para empezar, el tacto del coche. Tiene una orientación familiar, así que busca el confort, pero en nuestra opinión demasiado alejado de ese toque directo del CX-60 con el que comparte desarrollo. Sus rivales le baten cuando equipan suspensiones neumáticas, más avanzadas tecnológicamente.
A pesar de tener tracción total, no tiene un enfoque todoterreno y capacidades offroad... ni posibilidad de tenerlas. Porque es ahí, en los vastos listados de opcionales, donde sus rivales le baten. Ojo, el CX-80 está equipado hasta los dientes, pero si alguien quiere pantallas más grandes, iluminación ambiental de mil colores o asientos con masaje –quizá el extra que mi mujer más valora en los coches que llevo a casa–, no puede tenerlos.
¿Cómo enjugar esa desigualdad? Por un lado, con un seis cilindros diésel que gasta menos que sus rivales –todos ellos con etiqueta ECO–. Por otro, con un precio de partida de 60.600 €, muchos menos que sus rivales ya que coquetean con los 90.000 euros sin contar el equipamiento «especial» que el CX-80 tampoco incluye.
Por qué es el Mazda CX-80 un coche premium y por qué no lo es (análisis en vídeo). Galería de fotos
Noticias relacionadas
¿Te ha gustado esta prueba?
Subscríbete y no te pierdas las últimas novedades cada semana