La historia de Citroën

Pocas marcas del automóvil conjugan tanta inventiva técnica, riesgo comercial y carisma popular como Citroën. Desde su fundación en 1919 por André-Gustave Citroën hasta su papel dentro del grupo Stellantis hoy, la firma francesa ha sido sinónimo de audacia: monocoques pioneros, suspensiones que parecían magia y coches tan singulares que se convirtieron en iconos culturales. Hacemos un repaso a toda la historia de la marca, desde sus orígenes, hasta su evolución; pasando por su logo, sus hitos y su papel en la competición.

Origen: André-Gustave Citroën y la fábrica de ideas (1919)

André-Gustave Citroën (1878–1935) no era simplemente un empresario del motor; era un industrial y showman formado en ingeniería. Antes de fundar la marca que lleva su nombre trabajó en la producción en serie y fabricó piezas de engranajes herringbone (de «doble chevrón») que le dieron su primer éxito comercial.

En 1919 creó Automobiles Citroën y lanzó el Type A, el primer automóvil europeo de producción en serie, pensado para hacer el coche asequible a un público masivo. Citroën trajo a Europa técnicas de producción en cadena y, sobre todo, un gusto por la publicidad espectacular: anuncios gigantes, iluminación nocturna de monumentos y promociones públicas que convirtieron su nombre en marca conocida al instante.

Años 30–50: expansión y modernidad

Tras el éxito de la Traction Avant en los años 30, Citroën se consolidó como una marca de referencia en innovación técnica. La Segunda Guerra Mundial interrumpió parte de la producción, pero en la posguerra, la compañía retomó su papel con fuerza. El lanzamiento del 2CV en 1948 y de la furgoneta HY en 1947 dieron respuesta a una Europa necesitada de movilidad sencilla, asequible y versátil. Estos vehículos no solo motorizaban al ciudadano de a pie, sino que también se convirtieron en herramientas de trabajo fundamentales en el tejido económico del continente.

Años 50–70: la era DS y los límites del sueño

En 1955, Citroën asombró al mundo con el DS, un coche tan futurista que parecía llegado de otra galaxia. Su diseño de Flaminio Bertoni y su tecnología hidroneumática marcaron una época. Años después, la marca buscó consolidar su imagen con modelos como el SM, con motor Maserati y soluciones técnicas avanzadísimas. Sin embargo, esa ambición técnica también supuso inversiones arriesgadas y costosas, como la compra de Maserati o el desarrollo de proyectos poco rentables. La crisis del petróleo y la recesión económica de los 70 agravaron los problemas financieros.

1974–1976: crisis y alianza con Peugeot

Las dificultades financieras de Citroën alcanzaron un punto crítico en 1974, cuando Peugeot intervino. En 1976 se formalizó la creación del Grupo PSA Peugeot Citroën, lo que permitió salvar a la marca, pero a costa de perder parte de su independencia. Pese a ello, Citroën mantuvo su identidad propia y continuó destacando por un diseño creativo y un confort distintivo frente a sus rivales.

Años 80–2000: renovación y consolidación

Durante estas décadas, Citroën lanzó modelos que lograron gran aceptación, como el BX, el XM y el Xantia, que continuaron con la tradición de la suspensión hidropneumática, al tiempo que exploraban nuevos mercados. Más tarde, el C3 y el C4 ampliaron la gama hacia segmentos más populares, mientras la marca modernizaba su imagen y publicidad. Fue una etapa en la que Citroën reforzó su presencia internacional y diversificó su gama de vehículos.

2009–2021: DS, reposicionamiento y nueva etapa

En 2009 nació DS como submarca premium, inspirada en la herencia del mítico modelo de 1955. Mientras tanto, Citroën se reposicionó como una firma más enfocada en el confort, el diseño original y la accesibilidad. Modelos como el C4 Cactus representaron esta filosofía, apostando por la sencillez, la ligereza y el confort como valores diferenciales. En 2021, PSA se fusionó con FCA para crear Stellantis, y Citroën pasó a formar parte de uno de los grupos automovilísticos más grandes del mundo.

Actualidad: electrificación y futuro

Hoy, Citroën se enfrenta a los retos de la electrificación y la movilidad urbana. Con propuestas como el Ami, un microcoche eléctrico ultracompacto, y el ë-C4, la marca quiere demostrar que se puede ofrecer tecnología eléctrica accesible sin renunciar al confort. Además, Citroën apuesta por un lenguaje de diseño fresco y desenfadado, destinado a diferenciarse de sus rivales dentro de Stellantis.

Historia del logo: el doble chevrón y su significado

El emblema de Citroën, los dos chevrones apilados, proviene directamente de los engranajes en V herringbone que fabricó André Citroën antes de producir coches. El motivo no solo es estético: es un guiño técnico a su pasado industrial. A lo largo de más de un siglo el símbolo ha variado en forma y color (desde versiones muy ornamentadas hasta el minimalismo actual), pero las dos “V” invertidas han permanecido como seña de identidad.

Hitos técnicos y de producto

• 1919 – Type A: inicio de la producción en serie en Europa.
• 1934 – Traction Avant: tracción delantera + monocasco.
• 1947 – Furgoneta HY: icono utilitario.
• 1948 – 2CV: coche popular y práctico.
• 1955 – DS: suspensión hidroneumática y electrónica pionera.
• 1970 – SM: GT con prestaciones y soluciones técnicas avanzadas.
• 1976 – Integración en PSA (Peugeot-Citroën).
• 2009 – Nacimiento de DS como submarca premium.
• 2020+ – Electrificación: Ami, ë-C4 y apuesta por EVs urbanos y comerciales.

Citroën y la competición: de rallys a récords

Aunque la marca es más conocida por el confort y la innovación civil, Citroën tiene una tradición competitiva sólida:

• Rally Raid y Rally: Citroën Sport fue dominante en los 2000 con modelos de rally que conquistaron títulos mundiales.
• World Rally Championship (WRC): la época dorada llegó con Sébastien Loeb —nueve títulos consecutivos como piloto (2004–2012) y múltiples títulos de constructores para Citroën—. Modelos como el Xsara WRC, C4 WRC y DS3 WRC marcaron la era.
• Turismos y competición local: Citroën también se implicó en campeonatos de turismos y categorías de promoción, usando la competición como laboratorio y herramienta de marketing.

Competir le permitió a la marca validar chasis, suspensiones y gestión electrónica que luego acabaron beneficiando a productos de calle.

Los desafíos contemporáneos: electrificación y confort

Hoy Citroën compite en un mercado que valora eficiencia, coste y experiencia. Sus apuestas recientes mezclan:

1. Electrificación: modelos 100 % eléctricos y versiones híbridas; el Ami (VE ultra-urbano) mostró la voluntad de crear soluciones alternativas de micromovilidad.
2. Confort como ventaja competitiva: Citroën reivindica el “confort Citroën” con suspensiones optimizadas, interiores acolchados y enfoque en la experiencia pasajera.
3. Diseño accesible: coches con personalidad visual sin precio prohibitivo.

Dentro del grupo Stellantis, Citroën combina economías de escala con autonomía de producto, aprovechando plataformas comunes pero manteniendo rasgos propios.

Citroën es un caso de estudio: mezcla de inventiva técnica, riesgo empresarial y permanente reinvención. Sus éxitos técnicos cambiaron la industria (Traction Avant, suspensión hidropneumática) y su capacidad para contar historias convirtió modelos utilitarios en mitos culturales. La trayectoria también es una lección de fragilidad empresarial: grandeza técnica no garantiza estabilidad financiera, como mostró la crisis de los 70 que acabó en integración bajo PSA.