Así se actualizan pruebas de Euro NCAP: más consideración con el conductor y otras novedades

A estas alturas ya casi todos los conductores conocen a Euro NCAP. Sus coches van relacionado a un valor en forma de estrellas que representa el nivel de seguridad alcanzado. Son una organización independiente que vela por la protección de los usuarios y que también requiere de cierta adaptación. El tiempo pasa, los coches evolucionan y, con ellos, los sistemas de ayuda a la conducción y otros aspectos. Ahora se anuncia una actualización en las pruebas de choque, que ahora tendrán en cuenta también la opinión del conductor.

Una realidad ineludible es que los sistemas de asistencia a la conducción, muchos de ellos obligatorios, pueden resultar molestos para el usuario. Los pitidos son constantes desde que se inicia la marcha, por no hablar de aquellos que son demasiado intrusivos. Por lo tanto, la realidad de cada día es desconectar algunos desde el mismo momento de arrancar el vehículo. La Euro NCAP es consciente de ello y también va a evaluar su usabilidad, más allá de la propia protección. También hay otras consideraciones nuevas que se aplicarán a partir de 2026.

La realidad de Euro NCAP es que tiene que adaptarse rápidamente a todas las novedades en el apartado de seguridad que traen los coches. Cada tres años reexaminan sus criterios y hacen los cambios necesarios para que se pueda continuar con ese objetivo de reducir las víctimas mortales en carretera de forma eficiente. A continuación vamos a desgranar cómo es el nuevo protocolo, que gira en torno a cuatro etapas muy destacadas. Cada una tiene una puntuación de hasta 100 puntos y se muestra un porcentaje para evaluar las estrellas totales.

Primera etapa: Conducción segura

Aquí se van a tener en cuenta las tecnologías que consiguen una experiencia de conducción más segura. Con la llegada de la conducción automatizada, se va a dar prioridad a los sistemas que monitorizan la atención del conductor y su participación. Lo que hace a tiempo real es importante, con algunas como el seguimiento ocular, pero también otras que puedan detectar indicios de intoxicación por drogas o alcohol. Se valorará también tener botones físicos para reducir distracciones y sistemas de retención y airbag para las diferentes complexiones físicas.

Segunda etapa: Prevención de accidentes

Los sistemas que previenen o mitigan accidentes son clave también y aquí se van a ampliar los escenarios para evaluar otras situaciones. Es importante el frenado autónomo de emergencia o el mantenimiento de carril, pero también un buen funcionamiento que no sea intrusivo. La suavidad va a ser tenida en cuenta y se penalizará a esas frenadas impredecibles o correcciones de volante antes de salir del carril. Los coches que reconocen y reducir el riesgo de pisar el pedal incorrectamente (confundir acelerador y freno) tendrán premio y habrá una nueva prueba de colisiones a baja velocidad.

Tercera etapa: Protección en choques

Aquí se tiene en cuenta la rigidez del vehículo y los sistemas de seguridad pasiva. Los airbags, los cinturones y otras medidas de protección están en el punto de mira y, a partir de 2026, se van a ampliar las pruebas relativas. Se va a tener en cuenta un abanico mayor de complexiones, incluyendo ocupantes mayores y niños, en las pruebas de impacto frontal. También se sumarán simulaciones virtuales avanzadas y ampliarán las de riesgo de lesiones para peatones.

Cuarta etapa: Seguridad después del accidente

Por último, está la seguridad después de un siniestro, que tiene en cuenta el eCall y también las facilidades para acceder al habitáculo. En esta etapa se va a exigir que las manijas de las puertas eléctricas permanezcan operativas tras un impacto, algo que ha sido bastante polémico. En el caso de los eléctricos, es importante el nivel de aislamiento de la batería y también han de ser capaces de comunicar el riesgo de incendio después de un accidente. Las notificaciones del siniestro incluirán información sobre el número de ocupantes.

Fuente: Euro NCAP