
BMW Z13 Concept: un pequeño prototipo de los 90 con guiños al McLaren F1
En el mundo de los concept cars, hay locuras que nacen para llamar la atención y otras que realmente intentan resolver problemas reales. El BMW Z13 Concept, presentado en 1993, pertenece a la segunda categoría… aunque su aspecto diga lo contrario. Porque sí, era un coche pequeño, con un diseño peculiar que no dejaría indiferente a nadie. Pero lo más raro estaba dentro: el conductor iba sentado en el centro, al más puro estilo McLaren F1. Y no, esto no es una exageración.
El Z13 Concept medía solo 3,44 metros de largo (22 cm menos que un BMW i3), pero su configuración interior era de lo más ambiciosa: conductor en el centro, dos pasajeros detrás y a los lados, en una suerte de “tridente” que maximizaba el espacio y el equilibrio. Todo ello en un coche de solo 1,64 metros de ancho.
Lo curioso es que, a pesar de su aspecto de juguete, estaba diseñado con ingeniería seria y visión de futuro. BMW lo describía como un coche pensado para los tiempos modernos: seguro, cómodo, divertido, eficiente y elegante. Y eso incluía desde una estructura de aluminio optimizada por ordenador hasta un coeficiente aerodinámico de 0,34, excelente para la época.

El motor no era muy BMW, al menos no en espíritu deportivo: un cuatro cilindros atmosférico tomado de la moto K1100, con solo 82 CV y una caja de cambios CVT (al parecer, de origen Ford). Aun así, el Z13 se mantenía fiel a la herencia bávara con tracción trasera y motor en posición central, montado justo delante del eje trasero. De ahí que se vieran unas llamativas tomas de aire en los laterales del prototipo.
¿Prestaciones? Nada del otro mundo: 0 a 100 km/h en unos 10 segundos y una velocidad punta de 180 km/h. Pero ese no era el punto. Este coche no estaba pensado para Nürburgring, sino para el atasco matutino de cualquier ciudad. La idea era sencilla: dar una alternativa racional a los conductores que viajan solos la mayor parte del tiempo, sin renunciar al diseño ni a la calidad.
Más allá del asiento central, el habitáculo del Z13 era todo un laboratorio de ideas. El selector del cambio era un interruptor giratorio; había un navegador con pantalla, teléfono integrado y hasta una máquina de fax. Sí, un fax. Bienvenidos a los noventa.

Los acompañantes tenían reposabrazos individuales y luces de lectura montadas en las puertas para no molestar al conductor. El techo de vidrio con aislamiento térmico hacía que el coche pareciera más amplio, y los asientos laterales podían plegarse para transportar, por ejemplo, unos esquís de dos metros. En palabras de BMW, el espacio para las piernas era comparable al de algunas berlinas de lujo. En serio.
Pese a su tamaño y su peso ligero de apenas 830 kg, el Z13 no descuidaba la seguridad. Contaba con airbag, refuerzos laterales en forma de pilares B sobredimensionados y grandes zonas de deformación delantera gracias a que no había motor delante. Incluso las simulaciones por ordenador de la época demostraron que cumplía con las normativas de seguridad más exigentes del mundo.
El Z13 fue desarrollado por BMW Technik GmbH, el departamento de innovación de la marca responsable también del Z1 o del eléctrico E1. En 1994 se fabricó un segundo prototipo, con un motor más grande (1.2 litros, de la K1200) y una caja manual de cinco marchas. Todo apuntaba a que el Z13 podría convertirse en el BMW de acceso del futuro.

Pero entonces ocurrió algo que cambió la historia: BMW compró los derechos de MINI ese mismo año. Y claro, cuando tienes en tus manos una marca icónica del urbanismo británico, ¿para qué seguir con un concepto experimental propio?
Hoy, el Z13 es poco más que una anécdota en los libros de historia de BMW. Pero su legado vive en muchas ideas que hoy parecen comunes: paquetes técnicos compactos, asientos centrales, estructura ligera, gadgets inteligentes… Incluso su propuesta de coche para el conductor urbano individual resuena hoy más que nunca, en una época en la que el espacio y la eficiencia se han vuelto de nuevo prioridades.
Tal vez el Z13 no nació para venderse, pero sí para inspirar. Y lo hizo con un planteamiento tan racional como excéntrico. Porque solo una marca como BMW podría mezclar en un mismo coche a un McLaren F1, una moto touring, una oficina móvil... y una visión adelantada a su tiempo.
BMW Z13 Concept: un pequeño prototipo de los 90 con guiños al McLaren F1. Galería de fotos
Noticias relacionadas

El Lexus LFA Concept anticipa un futuro supercoche que sí, será eléctrico

¿Tendría sentido esta reinterpretación moderna del Skoda 100?

BMW Z4 Final Edition: el adiós de una leyenda con una edición de coleccionista

La historia de BMW
¿Te ha gustado esta prueba?
Subscríbete y no te pierdas las últimas novedades cada semana














