
El próximo Volkswagen Golf eléctrico se retrasa: a la marca no le salen las cuentas
El futuro Volkswagen Golf eléctrico, llamado a ser uno de los grandes pilares de la estrategia de electrificación de la firma alemana, tendrá que esperar más de lo previsto. Según informaciones internas, el proyecto sufrirá un retraso de alrededor de nueve meses, un revés importante para Volkswagen en un momento en el que la competencia, especialmente la china, pisa fuerte en Europa con modelos más asequibles.
El origen del problema está en la planta de Wolfsburgo, donde Volkswagen planeaba adaptar las líneas de producción para fabricar la nueva generación de vehículos eléctricos. Esa modernización ha quedado en pausa por restricciones presupuestarias, lo que obliga a aplazar tanto el Golf eléctrico como otros proyectos, entre ellos el futuro T-Roc eléctrico.
El Golf eléctrico estaba previsto para 2029, pero el nuevo calendario lo empuja todavía más lejos. Una demora que no solo afecta al calendario de lanzamientos, sino también al futuro de la producción del Golf con motor de combustión, cuyo traslado a México previsto para 2027 también se ha ralentizado. Parece que la novena generación de uno de los compactos más populares tiene más sombras que luces a su alrededor.

El caso es que Volkswagen atraviesa un momento delicado. Por un lado, sufre un descenso de ventas en China, su mercado más importante, y por otro, la demanda de eléctricos en Europa se enfría. A ello se suma un problema estructural: fabricar un coche eléctrico en Europa sigue siendo más caro que en Asia, lo que deja la puerta abierta a marcas chinas como BYD, que aprovechan para ganar terreno con modelos más baratos.
El año pasado, Volkswagen aprobó un plan de reestructuración con el que espera ahorrar 4.000 millones de euros al año. Entre esas medidas se incluía precisamente el traslado de producción y la entrada en nuevas categorías de eléctricos compactos.

Sin embargo, el ajuste de cuentas obliga ahora a posponer inversiones clave en tecnología de producción, un movimiento que refleja las tensiones internas de la compañía. Los problemas técnicos en la planta de Wolfsburgo (con paradas en las líneas de montaje y cuellos de botella en los turnos de noche y fin de semana) tampoco ayudan: se calcula que la pérdida podría alcanzar varios miles de unidades producidas a la semana.
Mientras el Golf eléctrico se retrasa, Volkswagen sigue adelante con su plan de lanzar cuatro coches eléctricos de entrada a partir de 2026, con precios que rondarán los 25.000 euros. Estos modelos buscan plantar cara directamente a los fabricantes chinos, que han convertido la franja de acceso en su gran baza.
Aun así, el futuro Golf eléctrico tiene un papel clave: se trata de un nombre histórico, con más de 35 millones de unidades vendidas desde 1974, que debe liderar la transición a la movilidad cero emisiones en el segmento compacto europeo.
Fuente: Automotive News
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