
El problema del minimalismo: 15 muertes vinculadas a las puertas de los Tesla
Imagina sobrevivir al impacto de un accidente grave. Estás aturdido, el humo empieza a llenar el habitáculo y, cuando intentas salir, la puerta no responde. Ese escenario de pesadilla es el eje central de una nueva y exhaustiva investigación de Bloomberg, que ha vinculado al menos 15 muertes en Estados Unidos con el fallo de las puertas de vehículos Tesla durante la última década. El informe pone cifras a un temor latente en la industria: la obsesión por la tecnología podría estar creando trampas mortales.
Según la investigación, estas 15 víctimas fallecieron en 12 incidentes separados donde los ocupantes no pudieron salir (o los rescatistas no pudieron entrar) porque las manillas electrónicas dejaron de funcionar tras el choque. Lo más alarmante es la tendencia: más de la mitad de estas muertes se han producido apenas desde noviembre de 2024, lo que sugiere que el problema, lejos de resolverse, podría estar agravándose con el aumento del parque móvil.

El problema técnico es, paradójicamente, sencillo para coches tan avanzados. Las puertas de modelos como el Model S, 3, X e Y dependen de actuadores electrónicos alimentados por el sistema de baja tensión (12 voltios) del vehículo. Si un accidente daña la batería auxiliar o corta el suministro eléctrico (algo común en impactos severos), los elegantes botones interiores y las manillas retráctiles exteriores se convierten en elementos decorativos inútiles, dejando la puerta sellada.
Tesla, por su parte, argumenta que sus coches cuentan con mecanismos de apertura manual. Y es cierto, pero la realidad del pánico no entiende de manuales de usuario. Mientras que las puertas delanteras suelen tener palancas mecánicas más o menos visibles, la situación en las plazas traseras es crítica. En modelos como el Model 3 o el Model Y, los desbloqueos manuales traseros están a menudo ocultos bajo alfombrillas de goma o paneles de tapicería, lugares imposibles de encontrar a ciegas, con humo y en segundos.

El informe llega tras sucesos recientes que han conmocionado a la opinión pública, como el accidente en Toronto donde cuatro jóvenes murieron calcinados al no poder abrir las puertas, salvándose una quinta pasajera únicamente porque un transeúnte rompió la ventanilla desde fuera. Casos similares se han reportado en Alemania y Wisconsin, donde las víctimas, incluidos niños, quedaron atrapadas sin vía de escape.
La Administración Nacional de Seguridad del Tráfico en Carreteras (NHTSA) de Estados Unidos ya ha tomado cartas en el asunto, abriendo una investigación específica sobre los bloqueos de puertas en el Tesla Model Y. La agencia está examinando si la dependencia de la energía eléctrica para una función tan crítica como salir del coche constituye un defecto de seguridad inaceptable.
Este escándalo plantea una pregunta incómoda para todo el sector: ¿se ha sacrificado la seguridad funcional en pos de un diseño limpio y moderno? Mientras la industria avanza hacia el futuro, parece que algunos fabricantes han olvidado una lección del pasado: en una emergencia, una simple manilla mecánica vale más que todo el software del mundo.
Fuente: Bloomberg
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