Toyota Proace Verso 2.0D 145 CV, a prueba: el anti-SUV para familias numerosas

Si eres de los que viaja mucho en familia y necesita espacio a raudales en un coche, sabemos que lo tienes complicado. La tendencia SUV se ha cargado a los monovolúmenes de toda la vida y todos sabemos que los todocaminos, incluso aquellos de siete plazas, no son tan prácticos. Eso nos deja con una única opción, pues lo más interesante hoy en día sería optar por una furgoneta convertida para el transporte de pasajeros. Lo que antes fueron modelos comerciales más incómodos y espartanos, ahora son prácticamente turismos bien equipados y con espacio para todo. Un claro ejemplo es el Toyota Proace Verso que traemos esta semana a la sección de pruebas.

Este modelo nace del acuerdo establecido hace años entre PSA y Toyota para el desarrollo de vehículos comerciales. Se mantuvo con el paso a Stellantis, aunque todavía no está claro si hay futuro en esta plataforma compartida. Lo que sí nos queda claro es que el posicionamiento de Toyota sería intermedio, luchando contra la Volkswagen Multivan o contra el Ford Tourneo Custom. Es precisamente para aquellos que no puedan irse a una Mercedes Clase V por presupuesto, pero quieran mantener cierto nivel. Está disponible desde 35.500 euros con descuentos y te vamos a contar todos sus detalles.

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Exterior

Lo cierto es que en este tipo de vehículos es más complicado conseguir una buena identidad estética. Los diseños están más limitados por las formas y los que comparten base técnica terminan pareciéndose un poco entre ellos. Por suerte, Toyota le ha dado su toque al Proace Verso a través de un frontal en el que destacan los faros LED de serie con una firma lumínica diferenciada. Entre ellos está el logo de la marca y por debajo una gran parrilla que favorece la refrigeración y queda delimitada por unos marcos cromados y por unas salidas de aire en los laterales que son falsas.

Nos agrada ver en la paleta de colores algunos fuera de los blancos, negros y grises. Con el llamado Verde Todoterreno destaca un poco más, lo mismo que si nos salimos de las llantas de serie con 16 pulgadas y pasamos a unas mecanizadas de 17 pulgadas. Lo cierto es que en el lateral tampoco se puede destacar mucho más. En función del acabado la moldura inferior va en plástico negro o en el color de la carrocería. Se pueden apreciar unas generosas puertas correderas que van a ser claves para que pueda presumir de habitabilidad, algo de lo que hablaremos más adelante.

Para terminar con el apartado del diseño, llegamos a una zona trasera totalmente cúbica. Aquí todas las líneas son rectas, teniendo una luneta vertical y un portón de tamaño muy generoso. En él vemos las credenciales del modelo y el tirador para abrirlo, mientras que fuera de él están los pilotos traseros en posición vertical. La zona baja es ligeramente más ancha y deja escondida la salida del escape.

La Toyota Proace Verso es un monovolumen grande sobre el cuerpo de un vehículo comercial y está disponible en dos longitudes de carrocería. El L1 mide 4,98 metros, mientras que también se puede configurar el L2 para llegar hasta los 5,33 metros. En todo caso, tiene una anchura de 1,92 metros y una altura de 1,85 metros para poder acceder a todo tipo de parkings. La distancia entre ejes es de 3,27 metros en este ejemplar.

Interior

Cuando llegamos al habitáculo del Proace Verso nos queda claro que se han dejado atrás los tiempos de las furgonetas espartanas. Es cierto que la posición de conducción es muy elevada, pero los mandos que quedan alrededor no difieren demasiado de los que vemos en otros turismos de la gama. A mano queda un volante multifunción con los botones habituales y un diseño peculiar por sus radios horizontales. Controla funciones del control del crucero, multimedia y también una instrumentación digital de 10 pulgadas. Hace las veces de ordenador de a bordo y es personalizable, aunque echamos en falta poder ver más información y que pueda completarse.

En ese sentido, está mejor resuelta la pantalla táctil principal, también con 10 pulgadas de extensión. Es la que llevamos viendo en otros modelos unos años, pero se antoja más que suficiente para el día a día. Cuenta con unos menús sencillos y fáciles de utilizar, así como la conectividad completa gracias a Android Auto y Apple CarPlay inalámbricos. El teléfono móvil puede cargarse en la superficie de carga inalámbrica, bien colocada en la zona baja de la consola. Este modelo mantiene los controles analógicos de la climatización, algo que siempre es una ventaja a la hora de operarlos sin desviar la atención.

Hay detalles que nos dejan claro que la Toyota Proace Verso es un vehículo de origen comercial. Lo primero es ver que hay bastantes huecos portaobjetos, tanto en las puertas como en la zona del salpicadero, destacando la de la parte superior. Aunque también tenemos que quejarnos que la calidad está un poco por detrás de la media. Son todo materiales plásticos y la mayoría de tacto duro. Eso sí, da mucha sensación de solidez y de poder resistir el paso del tiempo con garantía. La tapicería es de tela y tiene terminación en dos colores, mientras que también hay una moldura que pone la nota de contraste.

Ya hemos dicho que este modelo quiere destacar por habitabilidad y ser la opción predilecta para familias numerosas. Tiene varias combinaciones, pero una de las más aprovechables es la de ocho plazas que tenemos entre manos. Además de las dos delanteras se pueden ver otras dos filas formadas por banquetas totalmente modulares. La parte positiva es el acceso a través de las puertas correderas, que en este caso cuentan con accionamiento eléctrico.

Los asientos tienen desplazamiento longitudinal en dos partes (60:40) y el espacio es sobresaliente. Incluso la plaza central es apta para adultos debido a que es un asiento completo y que cuenta con buena anchura. En el techo queda un mando para controlar la climatización de estas filas y también hay ventajas como las mesas plegables o las cortinillas enrollables.

El mismo principio se aplica a la tercera fila de asientos, con otra banqueta idéntica. También se puede jugar con el espacio disponible para los usuarios o se puede acercar a la otra fila para liberar el maletero. En todo caso, vemos cotas muy buenas para la cabeza, gracias a esas formas de furgoneta y a un techo totalmente horizontal. También hay que mencionar que se pueden reclinar los respaldos e incluso abatirlos para mejorar el espacio de carga.

Maletero

La capacidad del maletero varía en función del uso que estemos dando al Toyota Proace Verso. Con las tres filas montadas y en su posición más retrasada, ofrece un mínimo de 603 litros, que no está nada mal, pero que podría ser insuficiente para llevar las maletas de todos. Siempre se puede echar para adelante los asientos o directamente desmontarlos. Con dos filas de asientos ya tiene 1.000 litros y si nos quedamos solamente con las plazas delanteras tenemos hasta 2.700 litros para que no se resista ninguna mudanza. Las cifras son aún superiores para la variante de carrocería larga.

Además, hay que destacar algunas ventajas interesantes. La primera es que tiene la luneta practicable para que no haga falta abrir el portón entero para meter algún objeto pequeño. Hay que tener en cuenta que la puerta es muy grande y que no podemos dejarlo muy cerca de la pared si lo queremos cargar. Por otro lado, la boca de carga es enorme y queda a una altura muy asequible, algo que siempre es positivo. No falta la iluminación o perchas para fijar la carga. La rueda de repuesto, como en otros vehículos de origen comercial, está por fuera, fijada a los bajos.

Motor

Una gran noticia es que el Toyota Proace Verso mantiene el diésel, que es el combustible favorito para este tipo de vehículos. Aunque han tenido que ofrecer electrificación para subirse a la tendencia, tenemos claro que las versiones más aprovechables a día de hoy en este modelo siguen siendo las de combustión. El protagonista es un motor turbodiésel de cuatro cilindros y 2.0 litros, que está disponible en dos niveles de potencia. El de acceso ya tiene 145 CV y va ligado al cambio manual, mientras que el tope de gama llega a los 180 CV y monta una transmisión automática de ocho velocidades.

El Proace Verso solamente puede llevar la tracción delantera, indistintamente sea diésel o eléctrico. En el caso que se quiera la etiqueta CERO, viene con un motor eléctrico de 136 CV que puede quedar ligado a dos baterías diferentes. La de acceso con 49 kWh permite autonomías de hasta 221 kilómetros, mientras que hay otro con batería de 75 kWh en el que aumenta el alcance hasta los 348 kilómetros.

Comportamiento

Ponemos a prueba al Toyota Proace Verso de acceso en la gama de combustión, el diésel con 145 CV y 340 Nm de par. Es un nivel de potencia aceptable para aquellos que busquen un poco más el ahorro y que prefieran el cambio manual. Es cierto que la versión con 180 CV va a dar garantías cuando se viaje cargado y/o por vías rápidas, pero también hay un sobreprecio de 5.000 euros, así que habría que estudiar cada caso. En todo caso, tenemos que decir que es un bloque diésel de los tradicionales. Funciona mejor en bajas, con el par máximo disponible a las 2.000 rpm y con esa patada típica de los motores turboalimentados.

Lógicamente, un modelo de estas características no está hecho para destacar por prestaciones. Vemos en su ficha técnica una aceleración de 0 a 100 km/h en 10,6 segundos y una velocidad máxima de 180 km/h. Por otro lado, también hay que entender que sus consumos no van a ser precisamente bajos. Homologa 7,4 l/100km debido a su tamaño, peso y otras características como la aerodinámica. En la vida real, con un viaje largo de por medio y totalmente cargados, se nos antojó difícil bajar de los 8 litros de media.

En trayectos interurbanos se podría bajar, pero en autopistas y a velocidades elevadas le cuesta mantener el ritmo sin disparar los consumos. No lo hemos dicho al principio, pero el refinamiento no va a ser el punto fuerte de este modelo. El motor diésel es bastante audible desde el interior, lo mismo que el ruido aerodinámico cuando circulamos por encima de 100 km/h. En este sentido, se nota que no ha habido un trabajo demasiado destacado en la insonorización del habitáculo, algo típico en los vehículos comerciales.

Por otro lado, hay que hablar de una característica clave de la versión de 145 CV: el cambio manual. Tiene un tacto bastante bueno, con la palanca situada en una posición cómoda y unos recorridos a los que te haces fácilmente. Casi se agradece que siga existiendo esta opción en la gama de la Proace Verso. De hecho, te conecta un poco más con la conducción, algo que no siempre se consigue con los cambios automáticos.

Eso sí, las posibilidades de personalización son bastante limitadas. En este modelo tenemos modos de conducción, pero apenas cambian su comportamiento. Sorprende ver que están el Normal, el Barro, el Arena y el Nieve porque estamos en un vehículo que solamente se ofrece con tracción delantera. Sirven para la gestión electrónica del par y para ajustar un poco mejor en terrenos deslizantes, pero seguirá teniendo limitaciones y los neumáticos de serie tampoco tendrán el propósito de salir fuera del asfalto.

A nivel de chasis hay que ser consciente de lo que se está conduciendo. Estamos con una furgoneta de casi 5 metros y 1.835 kg, con un centro de gravedad bastante alto. Se nota en zonas reviradas, donde le cuesta mantener el ritmo; pero también en ciudad por sus generosas dimensiones. Sin embargo, convence bastante su aplomo en vías rápidas y el comportamiento es bastante satisfactorio en términos generales. A partir de los primeros kilómetros ya resulta fácil de conducir y el confort está asegurado gracias a la suspensión tipo McPherson del eje delantero, que se suma a un eje rígido trasero.

Opinión coches.com

La Toyota Proace Verso es uno de esos vehículos que han sabido adaptarse a los cambios de tendencia. Aunque los SUV se hayan cargado a los monovolúmenes y casi a las berlinas, nunca podrán contra una furgoneta para el transporte de pasajeros. Todavía hay clientes que valoran el espacio a raudales y tres filas de asientos completas, en las que haya espacio para 8 viajeros con sus maletas. Y precisamente ese es el punto fuerte de este modelo, la habitabilidad y la modularidad de un interior que se puede configurar para hacer un viaje, una mudanza o lo que sea necesario.

Tiene las limitaciones típicas de estos modelos: puede que no sea tan atractivo estéticamente, la calidad se queda algo justa y dinámicamente no va tan fluido. Sin embargo, podríamos decir que lo compensa con sus soluciones interesantes y con un precio que no se sube demasiado a la parra. Con ayudas el eléctrico se puede quedar en 32.000 euros y el diésel en 35.500 euros con los descuentos y la financiación de la marca. Eso significa que tiene un PVP que está por debajo de los 50.000 euros y que podemos llevarnos una con todo el equipamiento por mucho menos de 70.000 euros. Como decíamos, no todos sus rivales pueden afirmar eso.