Preacondicionar tu coche eléctrico: mucho más que entrar en un habitáculo caliente

Cuando llega el invierno y las temperaturas caen en picado, muchos conductores de vehículos eléctricos descubren una función en la app de su coche llamada «preacondicionamiento». La creencia popular es que se trata simplemente de un lujo para encontrar el interior caliente y los cristales descongelados antes de salir de casa. Sin embargo, aunque el confort es una ventaja evidente, la verdadera razón de ser de esta tecnología es técnica: proteger la batería y asegurar su rendimiento. Preacondicionar no es solo calentar el aire, es preparar la química del vehículo para trabajar.

Al igual que los humanos, las baterías de iones de litio son sensibles a las temperaturas extremas. Su ventana operativa ideal se sitúa generalmente entre los 15 y los 35º C. Cuando la temperatura baja de los 0 grados (o sube por encima de los 45 en verano), la resistencia interna de la batería aumenta. Esto significa que los iones se mueven más despacio. El resultado práctico es una pérdida drástica de eficiencia. Estudios recientes indican que la autonomía puede reducirse hasta un 33% en condiciones invernales severas si no se gestiona la temperatura.

Al activar el preacondicionamiento, el sistema de gestión térmica (TMS) del coche dedica energía a calentar (o enfriar) el paquete de baterías hasta su temperatura óptima. Esto garantiza que, al arrancar, el coche disponga de toda su potencia y eficiencia desde el primer metro, evitando ese consumo excesivo inicial para «entrar en calor». Hay otro escenario donde preacondicionar es vital: antes de llegar a un cargador rápido.

Si llegas a un punto de carga de alta potencia con la batería fría, el sistema de gestión del vehículo (BMS) limitará drásticamente la velocidad de carga para proteger las celdas. En lugar de cargar a 150 kW, podrías encontrarte cargando a 30 kW durante un buen rato hasta que la batería coja temperatura. Muchos coches modernos activan el preacondicionamiento automáticamente si seleccionas un cargador en el navegador. El coche «sacrifica» un poco de energía durante el trayecto para calentar la batería, pero a cambio, ahorras mucho tiempo de espera en el poste de carga al poder recibir la máxima potencia nada más enchufar.

Para sacar el máximo partido a esta función, la regla de oro es preacondicionar siempre con el coche enchufado al punto de carga (Wallbox). Si programas tu hora de salida en el coche o la app mientras está conectado a la red eléctrica:

• La energía para calentar habitáculo y batería se extrae de la red doméstica, no de la batería del coche.
• Sales de casa con la batería al 100% y a la temperatura perfecta.
• Maximizas la autonomía real disponible para tu viaje.

En resumen, preacondicionar es una herramienta de eficiencia y longevidad. No solo te libra de rascar hielo en el parabrisas, sino que cuida la salud de tu batería y te hace perder menos tiempo en tus viajes. Deja que el software de tu coche decida cuánto tiempo necesita; es más inteligente de lo que parece.