BYD Seal 6 DM-i Touring, a prueba: ¿cómo va su primer familiar híbrido enchufable?

La historia de BYD en nuestro país es sinónimo de éxito inmediato. En poco más de dos años operando ha conseguido hacerse un importante hueco en el mercado español, una de las llegadas más potentes que se recuerdan. Esa notoriedad es superior incluso si hablamos de vehículos de nueva tecnología, como lo llaman ellos. Los eléctricos y los híbridos enchufables son los protagonistas en la gama del fabricante chino y su tecnología ya ha cautivado a muchos. Después del acierto del Seal U DM-i, ahora tocaba llevar su sistema de propulsión a otras carrocerías. Así nace el BYD Seal 6 DM-i Touring.

Se trata del decimosegundo modelo de la firma, pues la ofensiva de producto ha sido notable en los últimos tiempos. Las denominaciones pueden llegar a ser liosas si mezclamos los números con los nombres del mar, así que podemos decir que han dado vida a un sedán y a un familiar que van a parar directamente al segmento D para luchar contra modelos electrificados.

Ya no solamente vamos a hablar de los híbridos enchufables, también vamos a mencionar a los híbridos convencionales debido al precio que se puede quedar. Se anuncia desde una tarifa de derribo de 27.990 euros con ayudas y campañas, a continuación de vamos a explicar cómo se desgrana y todos sus detalles.

Exterior

A nivel de diseño, BYD ha adoptado una estrategia continuista, manteniendo el mismo lenguaje que en otros modelos. Se viste de “Ocean Aesthetics” para ser muy reconocible gracias a sus líneas limpias y minimalistas. Aún así, el frontal es la parte más marcada y presume de un morro de tiburón que desemboca en una parrilla inferior trapezoidal situada muy baja. Para resaltarla se valen de unos listones plateados horizontales, mientras que el paragolpes se abulta y gana presencia. Tampoco pasan desapercibidos los faros LED con esa firma lumínica que evoca el brillo de las olas del mar.

Este BYD Seal 6 DM-i Touring tiene una silueta muy tendida y que deja ver unas dimensiones imponentes. Las llantas son de 17 o de 18 pulgadas en función de la versión, teniendo un acabado negro en la versión más alta de gama. Los pasos de rueda están esculpidos en el mismo color de carrocería, pero en los bordes inferiores si que hay protecciones plásticas. Destacan otros detalles como los tiradores de las puertas enrasados o los cromados en el marco superior de las ventanillas.

Ya dijimos que hay dos Seal 6, uno en formato berlina y otro en familiar. Hemos querido probar el segundo, ya que se trata del primer BYD con este tipo de carrocería en Europa. Queda rematado con una zaga definida por el pilar C oscurecido y un pequeño spoiler de techo. Por debajo de la luneta quedan los pilotos traseros, que tienen un acabado tintado y secuencias LED que consiguen darle una secuencia fluida y llamativa. La parte inferior queda rematada por una especie de difusor que le da cierto nivel de deportividad a nivel estético.

Por dimensiones exteriores está más cerca del segmento D que del C, pues tiene una longitud de 4,84 metros, de los que 2,79 metros son de distancia entre ejes. Tanto el sedán como el Touring comparten tamaño. A ello hay que sumarle una anchura de 1,87 metros y una altura de 1,50 metros. Llama la atención que tanto la berlina como el familiar tengan prácticamente las mismas medidas en el exterior, diferenciándose por un centímetro de alto.

Interior

En los habitáculos tampoco tenemos sorpresas y vemos que BYD no ha querido arriesgar. Mantiene un diseño similar al de otros modelos de su familia, con el lema del minimalismo por bandera. Los botones y mandos analógicos se reducen a su mínima expresión y las pantallas se llevan todo el protagonismo. Hay una instrumentación digital de 8,8 pulgadas que hace las veces de ordenador de a bordo y que nos permite previsualizar mucha información sin tener apenas que apartar la vista de la carretera. Eso sí, para el resto de funciones tenemos que remitirnos a la pantalla táctil central.

De serie tiene una de 12,8 pulgadas, pero a partir del siguiente nivel de equipamiento ya se beneficia de la pantalla táctil de 15,6 pulgadas que nos hace recordar el ordenador con el que trabajamos. Es una pantalla enorme y que destaca por la precisión. El sistema multimedia es rápido y los menús, aunque numerosos, no son difíciles de controlar. Cuenta con detalles interesantes como el planificador de rutas (algo que no tienen todos los híbridos enchufables), la cámara de 360º o la apertura del vehículo con NFC (tarjeta o teléfono móvil).

Hablando del smartphone, se le da bastante protagonismo por la conectividad con Apple CarPlay y Android Auto, pero también por la superficie de carga inalámbrica de 50 W, sumado a los puertos USB-C. En la consola central también tenemos que mencionar la forma y el hueco que queda por debajo, muy útil para poder llevar objetos de tamaño considerable. En general, el BYD Seal 6 DM-i Touring da sensación de amplitud y de buena calidad en la mayoría de superficies.

Comenzamos hablando de unos destacados asientos delanteros que tienen de todo. Además de la comodidad que ofrecen, cuentan con ajustes eléctricos, memoria, calefacción y ventilación. La tapicería es agradable al tacto, lo mismo que los materiales empleados en las partes superiores del salpicadero, con un acabado blando. Hay otras superficies textiles haciendo contraste y los plásticos bajos, a pesar de ser duros, también parece duraderos y tienen una buena terminación.

Las plazas traseras van a ser uno de los puntos fuertes del BYD Seal 6 DM-i Touring. En su segunda fila encontramos un espacio notable, con hueco de sobra para las piernas y uno más que aceptable para la cabeza. Incluso el ancho de las plazas sorprende y se sitúa por encima de la media, pudiendo llevar a cinco pasajeros con mediana comodidad. Además, no hay túnel de transmisión que moleste a las piernas y sí que hay otras bondades como las salidas del aire o las tomas USB-C. En el caso de equipar el techo panorámico, la atmósfera mejora por la cantidad de luz que llega atrás.

Maletero

El maletero del BYD Seal 6 DM-i Touring está bastante conseguido para tratarse de un híbrido enchufable. Tiene una capacidad de 500 litros, con la ventaja adicional de tener una puerta extra. En el sedán se cuenta con el handicap de tener un portón que deja una boca de carga estrecha, algo que aquí no sucede.

En el familiar nos deja una abertura enorme y detalles como iluminación, ganchos y otras ventajas en este maletero. Lo menos positivo sería el espacio que ocupan los cables de carga, pero son un mal menor. Además, se pueden abatir los asientos traseros en dos partes (60:40) para conseguir una capacidad máxima de 1.575 litros.

Motor

El BYD Seal 6 DM-i Touring solamente está disponible con un sistema híbrido enchufable, el bautizado como Dual Motor Intelligent. Tiene un motor de combustión de 1.5 litros y cuatro cilindros, ciclo Atkinson, con 98 CV, que sirve más como apoyo y generador de energía para la parte eléctrica. Ahí destaca un motor eléctrico que destaca por poder girar hasta las 15.000 rpm y cuya potencia puede estar en los 184 CV en la versión Boost de acceso o escalar hasta los 212 CV en los Comfort Lite y Comfort, que además cuentan con una batería de mayor tamaño.

Porque no hay que olvidar que este modelo monta la Blade Battery, con química LFP y una capacidad de 10,08 o de 19 kWh en función de la versión. Eso va a permitir que la autonomía total, combinando electricidad y gasolina, llegue hasta los 1.505 kilómetros en la versión más favorable (el sedán en terminación Boost). Como otros ejemplares de BYD, presume de sistema de carga bidireccional V2L, por lo que podría alimentar dispositivos externos con la energía almacenada de la batería y una interesante regleta que incluye.

Comportamiento

Nos ponemos al volante del BYD Seal 6 DM-i Touring tope de gama, el Comfort con sus 212 CV y 300 Nm de par, probablemente el más interesante por una serie de aspectos. Las prestaciones lo cierto es que son bastante similares entre ambos, con una aceleración mejorada de 0 a 100 km/h en 8,5 segundos y la misma velocidad máxima de 180 km/h. No es ese aspecto el que más llama la atención en el familiar híbrido enchufable. Llama más el refinamiento del sistema y lo bien que hace la transición entre tecnologías.

Hablamos de que estos modelos tienen los mejor de dos mundos: una electrificación elevada y sin las limitaciones de los eléctricos gracias a la gasolina. Hemos de decir que en modo eléctrico el silencio en el interior es absoluto, pero cuando entra a funcionar el motor de combustión, lo cierto es que también queda muy disimulado. No hay apenas vibraciones y su ruido llega atenuado. Eso sí también llegan atenuadas las sensaciones, pues este Seal 6 DM-i Touring es bastante lento de reacciones, incluso siendo el tope de gama.

No busca ser un modelo con sensaciones deportivas, su chasis tampoco habla ese idioma. Es más bien un vehículo cómodo y de tacto blando. La puesta a punto es adecuada para la mayoría de situaciones, pues consigue un buen confort en marcha y aplomo en vías rápidas, al tiempo que también es aprovechable en ciudad. La suspensión, como decíamos, busca el confort y puede llegar a ser un poco rebotona. La dirección no transmite demasiado, está muy asistida y cuesta hacerse a ella.

Esto nos deja con que la ventaja principal del BYD Seal 6 DM-i Touring con respecto a otros rivales en formato híbrido enchufable va a ser su eficiencia. Hablamos de los 1.500 kilómetros de autonomía conjunta, pero hay que matizar. Eso se consigue en el sedán, pues este familiar anuncia 1.350 kilómetros entre la capacidad de la batería de 19 kWh y los 65 litros del depósito de gasolina. En modo eléctrico, homologa 100 kilómetros, que dependerán del uso que se le de.

En la prueba que tuvimos no pudimos contrastar los consumos debido a su brevedad, pero parece que no se alejará demasiado de las cifras de homologación. El consumo medio de este modelo va a estar en torno a los 5 litros, por eso es tan importante contar con la energía de la batería para un mayor aprovechamiento. Con la batería grande acepta cargas de hasta 6,6 kW en corriente alterna y escala hasta los 26 kW en la corriente continua para completarse en apenas 23 minutos.

Es la principal ventaja con respecto a la batería de acceso, que solo tiene carga en corriente alterna a 3,3 kW. En todo caso, en tres horas estaría completa la carga, así que tampoco es algo dramático. Con un uso responsable, queda claro que el BYD Seal 6 DM-i Touring va a superar los 1.000 kilómetros de autonomía, algo que hasta hace poco estaba a la altura de algunos diésel señalados. Su tecnología es una de las más avanzadas del mercado, pero nos deja algo fríos en términos de dinamismo. Eso sí, para los que busquen eficiencia y confort, lo cierto es que es una opción muy a tener en cuenta.

Opinión coches.com

No hay duda de que BYD está utilizando su bagaje y su posición como mayor fabricante por volumen de enchufables a nivel mundial para lanzar un nuevo modelo electrificado. El Seal 6 DM-i Touring es el modelo número 12 de su gama en nuestro país y, aunque no vaya a ser el más vendido, es uno de los que más personalidad tiene. Para los que todavía valoran una carrocería familiar por encima de un SUV, siempre va a ser una opción a valorar, sobre todo para aquellos que den importancia a la electrificación. Ya hemos hablado de la eficiencia del sistema y de las ventajas evidentes que le otorgan la etiqueta CERO.

Pero es que, además, podríamos decir que destaca por la relación calidad/precio dentro de los híbridos enchufables de su segmento. Incluso de los híbridos a secas, pudiendo robarle algunas ventas a un peso pesado como es el Toyota Corolla. El Seal 6 DM-i tiene un precio de 37.000 euros sin descuentos en la carrocería sedán y se eleva a 38.500 euros el Touring. Pero aplicando el Moves (2.500 euros en el peor de los casos) y la campaña de lanzamiento de la marca (2.800 euros) se puede llegar a esos precios tan atractivos de 27.990 euros para la berlina y de 29.490 euros para el familiar.

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