Opel Mokka GSE, a prueba: ¿eléctrico y con herencia de rallyes?

A muchos todavía se nos pone el vello de punta cuando recordamos los Opel OPC. Los modelos que llevaron esas siglas representaron la máxima deportividad con el cambio de siglo y marcaron una época. Sin embargo, el cambio de tendencia provocó su desaparición, dejando un vacío profundo en la gama. Ahora parece que se vuelve a poner de moda el dinamismo en formato eléctrico y el Opel Mokka GSE quiere ser uno de sus principales representantes. Lo hemos puesto a prueba en carretera abierta y en circuito para sacar conclusiones.

El origen de GSE no es contemporáneo, es algo del pasado. Lo que en los años 70 se presentaría Grand Sport Einspritzung (Grand Sport Inyección) con modelos como el Commodore o el Monza, ahora se ha transformado para adaptarse a los tiempos que corren. GSE ahora significa Grand Sport Electric y sirve para aportar un extra de dinamismo a la gama, siempre con la electrificación en el punto de vista. El Mokka GSE es su última incorporación tras los Grandland GSe y Astra GSe, el máximo representante que tiene un precio de partida de 46.600 euros.

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Exterior

El Opel Mokka ya era un modelo que prestaba una atención especial por el diseño. Cuando lo probamos, hablamos de una mayor diferenciación y cierto nivel de deportividad, pero esta versión va a tratar de llegar a un nuevo horizonte. Se puede apreciar a través de un nuevo paragolpes específico, que cuenta con rejilla con inserciones de estilo rally en la parte inferior. Lo que no puede evitar es seguir equipando el Opel Vizor, ese característico frontal que integra el logotipo y los faros LED en una máscara negra.

Eso sí, lo de tener el capó a juego en color negro le da otro toque especial. A eso hay que sumar las llantas de 20 pulgadas con diseño aerodinámico optimizado y que van calzadas por neumáticos Michelin Pilot Sport EV de serie. A través de ellas alcanzamos a ver unos frenos firmados por Alcon con pinzas de freno en color amarillo, aunque de eso hablaremos más adelante. Como en otros ejemplares, se puede optar por la carrocería bitono para aumentar el contraste en la carrocería.

La trasera del Opel Mokka GSE transmite esa misma deportividad gracias a un spoiler de techo, que no es demasiado prominente. En ese sentido gana enteros gracias al difusor de la zona inferior, que es específico para esta versión. En la zona intermedia del portón se mantienen los reconocibles pilotos traseros LED y la firma del modelo junto al logotipo del Blitz. Echamos de menos ver las siglas GSE en esta zona, aunque es cierto que ya aparecen en el frontal y los laterales.

El Opel Mokka GSE sigue siendo un SUV pequeño por lo que dicen sus dimensiones. No cambia respecto al resto de versiones y podemos ver que tiene 4,15 metros de longitud, 1,79 metros de anchura y 1,51 metros de altura. Además, la distancia entre ejes es de 2,56 metros en este ejemplar.

Interior

En el habitáculo no podían faltar otros detalles exclusivos para que el usuario se dé cuenta de que está en un GSE. Lo más destacado, sin duda, son los asientos deportivos GSE Performance con reposacabezas integrados. Están inspirados en el modelo de rallyes y van cubiertos por una destacada tapicería de Alcántara, con detalles en amarillo y en blanco. Esas inserciones también aparecen en las puertas, por lo que podemos afirmar sin miedo a equivocarnos que eleva un punto el nivel de calidad respecto al modelo base.

El volante deportivo va achatado por la parte superior y la inferior, pero el tacto sigue estando muy conseguido y la respuesta será directa. De cara a conducirlo, nos encontraremos con unos pedales de aleación que redondean el conjunto. Por lo demás, no va a faltar toda la tecnología que ya veíamos en el Mokka. En este apartado lo más destacado es que la pantalla táctil de 10 pulgadas, desde la que se controla prácticamente todo el infoentretenimiento, suma algunos indicadores específicos.

Nos permite ver datos de rendimiento GSE, indicador de fuerza G, valores de aceleración, la gestión de la batería y mucho más; un valor añadido en el Opel Mokka GSE que no pasa desapercibido. También ofrece la conectividad con Apple CarPlay y Android Auto sin cables, por no hablar de la navegación y de todas las ventajas del sistema. Es cierto que aglutina demasiadas funciones en la pantalla, pero nada a lo que no estemos acostumbrados. La instrumentación digital también tiene 10 pulgadas y se mantiene como un elemento muy útil.

Lo mismo tenemos que decir de la habitabilidad de este modelo, que no va a ser su punto más destacado. El Mokka es el menos aprovechable de los SUV de Opel y se nota que el espacio es mejor en el Frontera. Las plazas traseras son bastante justas tanto por el hueco que queda para las piernas como el que hay para las cabezas. La anchura es escasa y es más recomendable viajar cuatro pasajeros que cinco. En todo caso, vemos que hay tomas USB-C para estas plazas, pero no salidas de la climatización.

Maletero

El maletero del Opel Mokka tampoco era para tirar cohetes con 350 litros de capacidad. En el caso de los eléctricos, entre los que se encuentra el GSE, esa cifra baja aún más. Se queda en 310 litros que serán suficientes para hacer la compra o para una escapada, pero escasos para una familia completa o para una mudanza. En todo caso, las dimensiones son regulares y están bien aprovechadas, y tiene ganchos para fijar la carga.

Motor

La gama mecánica del Opel Mokka era bastante variada gracias a la versión de acceso de gasolina, la Hybrid con etiqueta ECO en una posición intermedia y un 100 % eléctrico para quien quiera la etiqueta CERO. Con el Mokka GSE se completa por la parte superior, con una mecánica que va a prácticamente duplicar la potencia del resto y que le va a hacer ganar carácter. Es un motor eléctrico de 281 CV y 345 Nm de par, que le permite igualar al modelo de competición y también ser el Opel de producción más rápido.

Comportamiento

Dicho lo anterior, nos faltaba tiempo para subirnos al Opel Mokka GSE a disfrutar de su comportamiento. Al volante de este modelo se aprecia a la perfección ese nivel de potencia superior, con cada insinuación del pedal derecho deja claro el potencial que esconde. Acelera de 0 a 100 km/h en 5,9 segundos gracias a ese par instantáneo y lo hace de forma contundente pero lineal. La velocidad máxima es de 200 km/h y llegamos a ese límite en la recta del madrileño Circuito del Jarama, donde tuvimos la ocasión de probarlo.

Sin embargo, lo más destacado del Mokka GSE no van a ser esas prestaciones, más bien el buen trabajo que han hecho a nivel de chasis. Normalmente hay mucho escepticismo alrededor de los eléctricos que claman ser deportivos. En el caso de este SUV nos ha sorprendido la precisión que arroja al enfrentarse a tramos revirados. El diferencial Torsen delantero es un seguro de vida por la forma que tiene de optimizar la tracción y dar nitidez a la trazada. Además, está muy bien asentado gracias al centro de gravedad bajo que le aporta la posición de la batería.

Normalmente nos quejamos del peso de los eléctricos y aquí no vamos a hacer una excepción. Son algo menos de 1.600 kg en vacío que nos hacen recordar cómo han cambiado los tiempos, pero lo cierto es que son muy manejables. La agilidad es algo inherente en este Opel Mokka GSE y la suspensión tiene un tarado más firme para aportar carácter. Lo cierto es que le hace ganar mucho, permitiendo disfrutar en un track day y sin llegar a ser incómodo para el día a día. El eje trasero se ha reforzado con una barra estabilizadora.

Cuando lo conduces se nota más directo y eso es gracias a una dirección que tiene una relación más cerrada. Queda claro que se han preocupado de hasta el más mínimo detalle en el Mokka GSE para justificar su precio. Sin duda, otra de las claves de este modelo serían los frenos Alcon. Más allá de que tengas las pinzas delanteras en amarillo, tenemos que decir que montan discos de 380 mm delante (con pinzas de cuatro pistones) y 268 mm detrás. Con ellos se asegura una mordida firme para detener el coche sin problemas, pero cuesta dosificarlos.

La conducción puede configurarse a través de tres modos realmente aprovechables. El modo ECO sirve para no gastar demasiado, limitando la potencia a 190 CV y el par a 300 Nm, y haciendo que no pase de 150 km/h para que dure más la batería. Hay un modo Normal que es aconsejable para el día a día. La potencia se queda en 231 CV (con el par máximo disponible) y la velocidad máxima se eleva a 180 km/h. En el modo Sport sale todo el potencial del Opel Mokka GSE, con los datos citados al principio y la puesta a punto más deportiva del modelo.

Este ejemplar monta la batería de iones de litio de 54 kWh de Stellantis y eso le permite homologar una autonomía de 336 kilómetros. Lo cierto es que, además de la experiencia en circuito, también tuvimos una ruta para comprobar su usabilidad. Va a depender en gran medida de cómo se utilice, pero hay que tener en cuenta que es un vehículo que llama a ritmos elevados (siempre dentro de la legalidad). Por lo tanto, los consumos van a subir y vemos difícil alcanzar los 300 kilómetros de autonomía real, lo más probable será quedarse en torno a los 250 kilómetros.

Opinión coches.com

Tiene un precio de 46.600 euros y puede que no sea para todo el mundo, pero el Mokka GSE es lo más cercano a la competición eléctrica que tiene Opel a día de hoy. Es un coche que tiene limitaciones claras en apartados como el espacio interior y que puede que se quede corto con la autonomía en ciertos usos, pero lo compensa con otras ventajas. Tiene un carácter especial y cuenta con un gran número de detalles específicos que han servido para conseguir un comportamiento redondo tanto dentro como fuera del circuito.

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