Seat Ateca 2.0 TDI 150 CV DSG, a prueba: por qué sigue siendo interesante elegirlo diésel

El Seat Ateca fue el primer SUV de la marca española. Llegó al mercado en 2016, compartiendo plataforma y muchos elementos con el Volkswagen Tiguan y el Skoda Karoq. En el año 2020 recibió una puesta al día y, una vez solucionados los problemas de suministro de componentes electrónicos y restablecida su producción, ha vuelto a estar entre los coches más vendidos de España.

¿Por qué? En primer lugar, porque es un SUV compacto de dimensiones contenidas que puede ser una gran opción para las familias. En segundo lugar, porque su comportamiento es muy Seat, con un chasis equilibrado y muy ágil. Y en tercer lugar, porque tiene un buen equipamiento para su precio.

Tras conocerlo en su presentación y probar al fondo el Ateca 1.0 TSI de 110 CV, el todocamino español vuelve a pasar por nuestra sección de pruebas. En esta ocasión nos ponemos al volante del Seat Ateca 2.0 TDI 150 CV con cambio DSG y acabado Xperience, el más aventurero de la gama.

Esta unidad se anuncia por un precio recomendado de 41.000 €, que es una cifra alta pero acorde con lo que ofrece. Ojo, se trata de precios indicados por la firma de Martorell, puedes encontrar ofertas del Seat Ateca en nuestra sección de coches nuevos, publicadas por concesionarios oficiales de la marca que, en el momento de escribir este artículo, reducen bastante esta cantidad. Y ojo, que si optas por financiar el coche, además de bajar el montante, te facilita pagarlo en cómodas cuotas mensuales. Pero antes, descubramos el coche a fondo.

Exterior

El Seat Ateca creció ligeramente (18 mm) en su puesta al día, hasta 4.381 mm de longitud, de los que 2.638 corresponden a su distancia entre ejes. Otras cotas son los 1.841 mm de anchura y los 1.615 mm de alto.

Entre las novedades de la puesta al día, destaca la nueva parrilla, con faros Full Led con la firma lumínica que estrenó en su día el Tarraco y luego trajo el León, que integran los intermitentes. Los paragolpes ganaron entonces mucho músculo.

La silueta no varió en exceso, más allá de los habituales diseños de llantas (hay nada menos que 14 entre los que elegir, de 19 pulgadas en nuestra unidad, con neumáticos en medidas 245/40R) o la gama cromática para la carrocería (con diez opciones).

En la parte trasera también estrenó pilotos, que ganaron tecnología LED con intermitentes dinámicos. El paragolpes tuvo también algunos retoques y lo más visible es la nueva tipografía del nombre del coche Ateca, que simula estar manuscrita, un detalle que estrenó en su día el compacto de la marca.

Nuestra unidad de pruebas era del acabado X-Perience, el más aventurero. Eso hace que gane parachoques cromados con un aire más campero o los estribos plateados.

Interior

El habitáculo del Seat Ateca conserva un aire tradicional. No es algo malo, porque eso significa buena ergonomía y que continúen existiendo mandos físicos para funciones esenciales como la climatización o las luces. También en cuanto a materiales. Son buenos (estamos ante una unidad tope de gama, eso es cierto) pero sobre todo no emplea plástico negro brillante en ningún lugar.

Destacaría los asientos, con un tejido misto que mezcla cuero sintético y un símil de alcántara (bautizada como Nordic, es exclusiva del equipamiento X-Perience). Cuentan en el coche que probamos con reglajes eléctricos e incluso memoria para el puesto de conducción. Resultan cómodos y quizá lo único que les podría pedir es algo más de agarre lateral.

Integrada en el salpicadero, una pantalla para el sistema multimedia de 9,2 pulgadas. No abruma en tamaño y los menús son bastante sencillos e intuitivos. En un lateral hay accesos directos a algunas funciones, que estarían mejor en algún caso con botones o ruletas, como el volumen, sin ir más lejos, para que el copiloto pueda manejarlo con facilidad en marcha,

Sí está presente una ruleta del volumen en el volante, el habitual en Seat, muy intuitivo. Tras él podemos contar con el cuadro de instrumentos digital de 10,25 pulgadas, muy configurable y con diferentes modos de visualización. Común a otros modelos del grupo (hay ligeras variaciones de diseño), es de los mejores que puedes encontrar.

La segunda fila de asientos está muy bien de espacio para las dimensiones del coche, tanto por espacio para las piernas como para la cabeza, sin problema alguno para un adulto de talla media. Los asientos son cómodos y contamos con elementos como las salidas de aireación al final de la consola central o dos tomas de tipo USB-C para la recargar dispositivos que facilitan la vida a bordo.

La tercera plaza, la central, es menos cómoda ya que el respaldo es la base del reposabrazos que incluye (ya es algo habitual) un portabebidas. Al menos el túnel de transmisión no es demasiado intrusivo si alguna vez quieres usar ese asiento.

Maletero

El maletero del Seat Ateca anuncia 510 litros de capacidad, una cifra muy correcta para su tamaño exterior. Tiene formas muy regulares y planas que hacen que puedas cargar objetos grandes con bastante facilidad.

Bajo el piso contamos con una rueda de repuesto temporal y el resto del espacio está compartimentado. De elegir el equipo de sonido opcional, un subwoofer.

Los respaldos de los asientos traseros están divididos en dos partes, en proporción 40/60. El más ancho tiene un hueco que comunica con el habitáculo y que permite llevar objetos largos y estrechos prescindiendo de una sola plaza. Para llevar cosas muy grandes, puedes abatirlos por completo y conseguir una superficie de 1.604 litros de capacidad.

Motor

La gama mecánica actual ofrece opciones de gasolina, el 1.0 TSI de 110 CV y el 1.5 EcoTSI de 150 CV, toda vez que se han descatalogado el 1.0 TSI de 115 CV y el 2.0 TSI de 190 CV (que conocimos antes del restyling). En diésel se mantienen el 2.0 TDI de 115 CV y el Seat Ateca 2.0 TDI de 150 CV que protagoniza nuestra prueba. Ha desaparecido ya del mercado el 2.0 TDI de 190 CV.

En estos momentos todas las versiones son de tracción delantera, ya no se ofrece la tracción total 4Motion, que tenía ventas residuales. En función de la mecánica elegida cuentas con un cambio manual o automático de doble embrague, como es el caso de nuestra unidad de prueba.

El 2.0 TDI 150 CV entrega su potencia máxima entre 3.250 y 4.200 rpm y tiene un buen par motor, de 340 Nm, entre las 1.600 vueltas y las 3.000 rpm. Con 1.510 kilogramos de peso, anuncia una aceleración de 0 a 100 km/h en 9 segundos y una velocidad máxima de 202 km/h. Por otra parte, el consumo medio homologado es de 5,1 l/100 km. Hora de ver si lo consigue

Comportamiento

Con el 2.0 TDI el Ateca se mueve con mucha soltura en cualquier situación. No esperes una respuesta enérgica apabullante (ahí están sus registros), pero con su par motor puedes viajar cargado –como hicimos durante esta prueba–, sin que el coche sienta ningún atisbo de fatiga, incluso subiendo un puerto. A partir de las 2.000 rpm el motor trabaja realmente bien.

La puesta a punto es equilibrada, pensada para no notar demasiado las imperfecciones de la carretera o al circular por caminos. No es tan blanca como en un Citroën C5 Aircross pero resulta cómoda conduciendo sin que ello suponga unos movimientos laterales de la carrocería muy acusados.

La dirección es bastante firme para tratarse de un SUV y también relativamente directa, lo que ayuda a tomar las curvas con precisión. No es en absoluto comunicativa (se cuentan con los dedos de una mano los modelos en el mercado que buscan eso) pero sí que guía al coche de manera adecuada, sin ser incómoda en maniobras.

Quizá falle algo en el aislamiento, ya que en marcha se aprecia bastante el ruido aerodinámico, en especial de los retrovisores. Llega al habitáculo de manera más perceptible que el sonido de rodadura o del motor, sobre todo en autovía.

Y, por último, los consumos. En un viaje de 650 km por autovía el coche indicaba 5,6 l/100 km, una cifra aceptable si tenemos en cuenta que viajábamos cuatro personas con el maletero cargado. Vi margen de mejora, pudiendo acercarnos a los registros homologados a poco que seamos dóciles con el pedal del acelerador. Peor en ciudad, donde claramente se echa de menos algún tipo de electrificación en la mecánica.

Opinión coches.com

El Seat Ateca, pese a su veteranía, sigue siendo un modelo con buena aceptación y ventas destacables. Es comprensible, con un diseño agradable (sin riesgos, eso sí), una buena relación precio /producto y un enorme equipamiento de serie, donde no faltan llantas de aleación de 18 pulgadas, climatizador automático bizona, sistema de alerta por cambio involuntario de carril, Front Assist con frenada de emergencia, control de velocidad de crucero con regulador automático de distancia....

Es un buen vehículo para una familia de cuatro miembros, con un interior amplio, buen maletero y acabados más que correctos, sobre todo si te vas a acabados altos. El propulsor diésel tiene prestaciones suficientes, es cómodo y mantiene consumos ajustados: ideal para quien recorre muchos km al año.

La plaza central trasera no es tan amplia como nos gustaría, ya que es casi inutilizable si, como es mi caso, has de llevar dos sillas infantiles contigo. Y es una pena que la marca no apueste por mecánicas con un mínimo de hibridación en la gama con las que este SUV compacto pudiese tener al menos la etiqueta Eco.

¿Contará con ella en el futuro, en una segunda generación? Es una incógnita. Por ahora Seat ya ha confirmado renovaciones de Ibiza, Arona y León, pero el Ateca no se ha mencionado todavía. Ahora mismo se produce en la planta del Grupo Volkswagen de Kvasiny (República Checa), junto al Skoda Karoq, pero eso debe cambiar para la próxima generación y se barajan varias plantas del centro o del este de Europa.

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