A prueba el Fiat Grande Panda: es amplio y tiene un diseño logrado, pero presenta lagunas importantes

Los italianos siempre han sido especialistas en coches pequeños. Comenzó la motorización del país con el Fiat 500 y luego llegó el Panda como alternativa económica. Ese coche ahora se reinventa por obra y gracia del Fiat Grande Panda, que busca conquistar a los nostálgicos y a quienes buscan un vehículo sencillo de acceso.

Tras una semana conduciéndolo ha gustado su estética tan lograda, lo amplio que resulta, a pesar de su tamaño e incluso su capacidad de maletero. Obviamente, no puedes esperar lujos, ni impresionan sus cifras de aceleración ni tendrás la última tecnología… pero me ha parecido bastante funcional.

El precio no tiene que ver con el de un Panda de antaño, porque con el acabado más alto La Prima y motor eléctrico piden 28.450 euros sin ningún tipo de descuento. Poca broma.

Hay opciones mucho más económicas que repasaremos y por supuesto puedes encontrar ofertas del Fiat Grande Panda en nuestra sección de coches nuevos con un precio bastante más accesible, publicadas por concesionarios oficiales de la marca. Por supuesto, te animamos a usar nuestra herramientas para financiar el coche y pagarlo en cómodas cuotas. Pero antes vamos a contártelo absolutamente todo del nuevo Fiat Grande Panda.

Exterior

Solamente viéndolo compruebas que el Fiat Grande Panda apuesta, sin complejos, por reinterpretar el mítico diseño cuadrado de los ochenta. El frontal es muy “neoretro”, con una parrilla totalmente carenada y unos faros LED en módulos cuadrados, como si el coche jugara a Tetris en sus ratos libres.  aunque en realidad imitan a las ventanas de Lingotto, la antigua fábrica de Fiat en Turín.

En el lateral encontramos llantas de hasta 17 pulgadas de diseño ochentero y plásticos negros en pasos de rueda, muy típicos de esa época y que hoy decimos que le dan un aire aventurero, como las barras de techo. Lo más llamativo de esta zona, sin duda, el nombre Panda en la chapa.

Y hay otro guiño. En el pilar C parece que pone FIAT… o las cuatro barras inclinadas del logo antiguo. Según como lo mires, ves uno u otro. También están en las aletas, por cierto y en algún rincón más.

Sus medidas son contenidas. Mide 3.999 mm de largo, lo que lo deja ligeramente por encima de un BYD Dolphin Surf (3.990 mm) o un Renault 5 (3.992 mm). Eso sí, de esa cifra 2.540 metros corresponden a la distancia entre ejes. Otras cotas son los 1.763 mm de ancho y los 1.570 mm de altura.

Ye en la zaga destcan sus ópticas verticales y el portón muy recto. El nombre de la marca va grabado en bajorrelieve, mientras que el del modelo parece querer esconderse en la esquina derecha. En general, líneas plásticas y una gama cromática atrevida como amarillo Limón de nuestra unidad.

Interior

Los más jóvenes no conocerán el dicho “eres más simple que el salpicadero de un Panda”. Y es que el Panda original era sencillo a más no poder, y lo digo con conocimiento de causa. Este Panda también apuesta por lo esencial y por plásticos duros. De hecho, hay partes de salpicadero y paneles de las puertas realizadas con un 80 % de material reciclado de plástico y cartón.

Abaratamiento, sostenibilidad… llámalo como quieras, pero me han sorprendido los ajustes (para bien) y sobre todo la inventiva italiana para darle un toque simpático a base de colores y detalles.

En las puertas se han puesto inserciones con el nombre de Fiat y luego en el salpicadero nos encontramos con dos pantallas, una de 10 pulgadas para instrumentación y otra de 10,25 pulgadas para el infoentretenimiento en la versión tope de gama.

La tecnología es básica pero funcional, con conectividad sencilla (no faltan Apple CarPlay o Android Auto), menús intuitivos y sin alardes de personalización. Eso sí, cumplen y están abrazadas por un marco ovalado que simula la pista de pruebas de Lingotto.

Adoro tener mandos físicos para la climatización, sobre las que tenemos salidas muy rectangulares y con acentos de color amarillo. Debajo de esos mandos, la zona con tomas USB, de 12 voltios y para desconectar algunas alertas.

Puede contar con un espacio de carga inalámbrica, que nos encontramos también con el juego del óvalo de Lingotto donde se sitúa el freno de estacionamiento y el selector de cambio que conocemos de muchos modelos de Stellantis. No me gustó nada la pieza de negro piano que lo recubre, donde se marcan las huellas a la velocidad de la luz.

Hay un espacio a continuación que se puede aprovechar para dejar bebidas, sobre el que tenemos un reposabrazos regulable longitudinalmente que oculta un pequeño cofre para dejar objetos.

Está bien servido de espacios, porque tenemos también doble guantera: la habitual y una superior no muy grande realizada en realizada en Bambox bamboo fiber text, un textil sostenible hecho por fibras de bamboo reales… el alimento del Panda, por cierto.

Tenemos unos asientos que son cómodos, habida cuenta que no es un coche para pasar largos viajes de forma continuada si bien echo de menos . Se inspiran en los del Panda clásico, con el tapizado a cuadros en tela, salvo la parte superior, en cuero sintético. Integran los reposacabezas, que puede resultar algo molesto a conductores muy altos.

Vas sentado algo elevado y la visibilidad es razonablemente buena, aunque el pilar A puede molestar en ocasiones. Echo de menos algo más de sujeción lateral y el volante es bastante grueso, rematado con costuras dobles e integra algunos mandos en negro piano. Pocos pero suficientes: sistema multimedia a la derecha y ordenador de a bordo y control de crucero a la izquierda.

Detrás me ha sorprendido para bien el espacio disponible. Vas infinitamente mejor que en un Renault 5 E-Tech y casi tan bien como en un Dongfeng Box, pero en el caso del Grande Panda tenemos tres reposacabezas. Está homologado para cinco plazas, es una diferencia que puede ser diferencial frente al Hyundai Inster o el Dacia Spring.

Obviamente, el espacio es justo, es un coche pequeño, pero al ir erguido da bastante de sí. No hay salidas de aire atrás, los asideros desaparecen, pero existen dos tomas USB-C para cargar móviles y huecos para objetos

Maletero

Abres el portón del maletero nos encontramos la palabra Ciao!, que en italiano significa hola y adiós. Hola a un buen espacio de 361 litros de capacidad, que es una barbaridad para su tamaño. Y ojo, que hablamos de la versión eléctrica. Si eliges la variante híbrida llega a los 412, más que un compacto. Adiós a los problemas de carga.

Tiene unas formas bastante cuadradas. Eso sí, el borde de carga queda un poco alto, a 79 cm y no está enrasado con el piso, hay un escalón notable. Bajo el suelo encontramos un espacio justo el kit reparapinchazos y alguna herramienta, así que pocas veces mirarás ahí. En la parte más visible, perchas para colgar objetos, ganchos para la carga y un punto de luz.

Contamos con una bandeja superior rígida y la habitual posibilidad de abatir los respaldos de los asientos traseros. Están divididos en dos partes, en proporción 60/40 y cuando realizas esta operación consigues un espacio de 1.315 litros que no es plano, hay que salvar un pequeño escalón pero no evitará visitas al Ikea.

Motor

Tres etiquetas hay en el mercado español y tres son las opciones mecánicas del Grande Panda para cada una de ellas. Con la etiqueta C tenemos al Grande Panda 1.2 gasolina de 100 CV, con la etiqueta ECO el Grande Panda 1.2 Hybrid con 110 CV. Y con etiqueta CERO el Grande Panda eléctrico, con un motor de 113 CV (83 kW) y 125 Nm de par máximo.

Puede parecer poco pero ojo, que hablamos del Panda más potente de la historia. ¿Cuán lejos puedes llegar con él? Pues se asocia a una batería de tipo LFP de 44 kWh útiles y como su consumo homologado es de 16,8 kWh/100 km, declara una autonomía oficial de 320 km.

Luego toca cargarlo. La toma de carga está oculta en la parte delantera y tiene un detalle que me ha encantado, que es el cable retráctil para enchufarlo en corriente alterna a 7,4 kW sin tener que llevar el cable en el maletero. Eso sí, la carga en corriente continua hay que hacerla en la toma trasera. Admite hasta 100 kW (aunque no lo he visto pasar de 85 kW) y ahí puedes también cargar en corriente alterna a 7,4 kW e incluso a 11 KW (esto es opcional).

Anuncia una aceleración de 0 a 100 km/h en 11 segundos, con una velocidad máxima de 132 km/h. Eso sí, el Panda 45 original, con un motor de cuatro cilindros que venía del Fiat 127 no era mucho mejor sobre el papel. Tardaba 18,5 segundos en alcanzar 100 km/h desde parado y alcanzaba 140 km/h. Eso sí, el eléctrico pesa una tonelada más. Si aquel marcaba en la báscula 680 kg, ahora se va a los 1.629 kg. Veamos cómo va.

Comportamiento

El esquema es sencillo: tracción delantera, cambio automático de una sola velocidad y ningún modo de conducción personalizado salvo un “modo C” que suaviza tanto la aceleración como la frenada regenerativa—una especie de modo eco “tímido”, que reduce la capacidad de retención y la alegría del pedal derecho. No hay levas tras el volante, ni más modos seleccionables. Menos que en algunos rivales y que algunos pueden echar de menos.

Tampoco cuenta con un modo “one pedal” real y con la frenada regenerativa percibes un cambio de retención brusco tras soltar el acelerador. Sin embargo, el feeling del freno convencional es natural y progresivo, algo que es de agradecer.

No es un coche pasional. Es un coche práctico. ¿Qué destacaría de él? Sobre todo la suavidad de suspensión en ciudad, tragándose los baches y resaltos como si fueran pasta fresca. Pero ojo, a pesar de esa configuración blanda el coche no balancea en exceso y tiene reacciones seguras. No es un Ford Fiesta ST, pero se defiende. La dirección asistida y ligera no transmite mucho pero facilita maniobras y moverse en espacios pequeños, aunque el Inster me pareció mejor en eso.

El aislamiento acústico es suficiente para ciudad, pero en autovía afloran ruidos aerodinámicos y de rodadura, por encima de lo que ofrecen rivales como el Renault 5.

Eso sí, el comportamiento en vías rápidas transmite más seguridad y aplomo de lo que cabría esperar por tamaño. Con cuatro adultos y equipaje, el motor mantiene el tipo, aunque las recuperaciones no son espectaculares y se nota cierta falta de brío al arrancar a fondo desde parado. Se percibe esa sensación de “motor limitado” para conservar autonomía.

Como el ordenador de a bordo del Grande Panda no informa sobre el consumo hay que estar echando cálculos con el porcentaje que has gastado por trayecto. No sale muy bien parado frente al Dongfeng Box o el Hyundai Inster. En recorridos urbanos me he movido en cifras en torno a 16 kWh y en autovía en 22 kWh. Eso nos deja con autonomías en viajes largos de unos 200 km.

Opinión coches.com

El Fiat Grande Panda eléctrico es un coche planteado sobre todo para ciudad y uso familiar esencial: destaca donde se le pide: espacio interior, maletero sobresaliente y manejo sencillo. El trabajo de diseño, con ese toque retro, me parece muy acertado, con un habitáculo amigable sin excentrecidades.

Tiene sombras: no es el eléctrico más eficiente para viajar pues la autonomía real cae pronto a poco que pises autovía; además, la recarga no alcanza siempre la potencia prometida y el equipamiento tecnológico es limitado: sin modos de conducción, ordenador de a bordo incompleto, no puedes preacondicionar la batería para que cargue más rápido…

Sus rivales dan más lujos y funcionalidades, pero no tanto espacio. ¿Lo recomiendo? Pues como coche para ciudad o segundo coche familiar, no te digo que no lo compres. No es el más apasionante ni está a la última en electrificación, pero es un coche sensato. Vale que hablar de precios de partida en el entorno de los 25.450 euros sin ayudas me parece demasiado para un coche limitado en viajes, pero es lo que hay... y sus rivales son todavía más caros.