
Mercedes Clase V 300 d, a prueba: la primera clase de las furgonetas
Hubo una época convulsa en la que los monovolúmenes estaban desapareciendo y los SUV iban ganando protagonismo en el sector del motor. Sin embargo, la popular carrocería no igualaba, ni de lejos, la versatilidad que tenían los monovolúmenes de antaño.
En esta tesitura, los fabricantes supieron ver un filón con las furgonetas. Adaptaron algunos modelos comerciales al transporte de pasajeros e igualaron algunas características con el resto de los turismos. Con la evolución hemos llegado a ejemplares de la talla de la Mercedes Clase V, la que podríamos considerar la primera clase de las furgonetas.
Este modelo, que lo podemos considerar como un monovolumen grande actualmente, tiene un precio de partida de 68.620 euros, pero que puede ascender hasta las seis cifras. El motivo es el nivel de calidad que han imprimido a esta furgoneta, que permite distinguirlo de la competencia más cercana.
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Además, han pasado más de 10 años desde su lanzamiento, desde que se separó de la mítica Vito para permitir viajes con garantías. Como nota curiosa, la Clase V se fabrica en la planta de Mercedes en Vitoria, así que es un producto “made in Spain”. Desde 2020 tiene una variante eléctrica, la EQV, que también ha sido actualizada recientemente.
Exterior
Hacer que una furgoneta sea distinguida por su diseño es ardua tarea. Las proporciones clásicas que mantiene para ofrecer el máximo espacio interior suponen una limitación para los diseñadores, pero aún así encontramos una personalidad propia en la Mercedes Clase V.
Se nota principalmente a través de un frontal rediseñado en el que la parrilla es la protagonista absoluta. Tiene un tamaño más que considerable y entramados realmente llamativos como es el caso de este que vemos aquí con estrellitas y listones cromados. En algunas versiones incluso aparece la clásica estrella de Mercedes sobre el capó.
En todo caso, también aparecen unos nuevos faros LED Multibeam, con una tecnología de iluminación más avanzada. Los paragolpes han sido estilizados, al tiempo que vemos detalles distintivos. Hay que mencionar llantas de 17 hasta 19 pulgadas, siendo algunas aerodinámicas. También se puede ver desde este perfil que las puertas son correderas para facilitar el acceso y, aunque esta unidad no las lleve, se pone a disposición del cliente unas prácticas barras de techo.
Aunque la zaga es más normativa, también podemos ver algunos detalles que la distinguen. Es el caso de la moldura decorativa con el nombre de la marca justo por debajo de una luneta totalmente vertical. En esa disposición están los pilotos traseros, que estrenan firma lumínica. En esta zona hay menos opciones de personalización y apenas vemos la versión del modelo y un paragolpes inferior que va en el mismo color que el resto de la carrocería.
La Mercedes Clase V está disponible en tres tamaños de carrocería para adaptarse a las necesidades de todos los públicos. La versión Compacta mide 4,90 metros de largo, mientras que la Larga crece hasta los 5,14 metros y la Extra Larga alcanza los 5,37 metros. En los dos primeros casos la distancia entre ejes es de 3,2 metros, mientras que la más grande tiene batalla extendida a 3,43 metros. En todas las versiones la anchura es de 1,93 metros y la altura de 1,88 metros.
Interior
Si por fuera queda claro que es una furgoneta, por dentro la verdad es que sorprende. No estamos acostumbrados a que este tipo de carrocería tenga un aspecto tan similar al del resto de turismos. De hecho, podemos decir que este Mercedes Clase V no tiene nada que envidiar a otros como el Clase C.
Comparte elementos como el aclamado sistema multimedia MBUX con la configuración que le hizo ganar popularidad. Son dos pantallas de 12,3 pulgadas en el mismo plano le dan un aspecto muy digital a este modelo y permiten un uso sencillo. Destacan otras incorporaciones como la carga inalámbrica para smartphones, iluminación ambiental con hasta 64 colores y la opción de montar el Comfort Energizing.
Este sistema sirve para ajustar la atmósfera del interior, con iluminación, música y temperatura adaptada a cada situación. Otro elemento que llama la atención en la nueva Clase V es el volante multifunción. Tienen un diseño deportivo y cuenta con los mandos táctiles, que sirven para controlar la instrumentación digital.
Es la pantalla de la izquierda, que tiene una capacidad de personalización muy elevada. De hecho, uno de los puntos fuertes es la posibilidad de manejar las diferentes funcionalidades de varias maneras para que nadie quede insatisfecho. Ya hemos hablado de que el control por voz que se activa diciendo “Hey, Mercedes” es uno de los mejores.
Pero es que también tenemos el control táctil de la pantalla central de 12,3 pulgadas y opciones más analógicas. Basta con ver el touchpad de la consola central y los botones periféricos que sirven para facilitar el acceso, incluyendo los de la climatización para no restar tanta atención a la conducción. Aún así, tampoco falta la conectividad completa con Apple Carplay y con Android Auto de forma inalámbrica. Otros botones que destacan son los que abren eléctricamente las puertas correderas.
La calidad es uno de los puntos fuertes de la Mercedes Clase V, prácticamente uno de sus motivos de ser. Quiere dejar atrás aquella época en la que las furgonetas eran modelos básicos y peor rematados gracias a todo tipo de detalles y buenos materiales. Destacan algunos como la tapicería de cuero o las molduras de símil de madera que tienen protagonismo en el salpicadero. Seguimos encontrando plásticos, pero son robustos y están bien resueltos. Ni rastro de piano black ni de fallos evidentes en este apartado.
La versatilidad tiene que estar en la lista de destacados de este monovolumen grande. Comienza con no uno, sino dos puertas correderas para facilitar el acceso al interior. En este caso cuentan además con apertura eléctrica para dar un plus de comodidad.
El habitáculo de la Clase V se puede configurar con seis plazas (2+2+2), con siete plazas (2+2+3) o con ocho plazas (2+3+3) en función de las necesidades del cliente. Nosotros tenemos la intermedia, que es de las más inteligentes. En la segunda fila tenemos dos butacas individuales que destacan por su generoso espacio en todos los ángulos y que tienen incluso reposabrazos integrados.
En esta unidad la tercera fila de asientos es una banqueta corrida con tres plazas. El acceso es bastante cómodo gracias a la generosa altura del modelo, mientras que el espacio para las piernas va a depender de la posición de las butacas de la segunda fila. En todo caso, es muy destacado, al igual que la anchura al tener tres asientos individuales. Atrás del todo tampoco se echan de menos las salidas del aire, que están en el techo, o los posavasos, que están en los laterales.
Maletero
El maletero es uno de los puntos más destacados del Mercedes Clase V. Es cierto que va a depender del uso que hagamos del interior y que es totalmente ajustable, pero las cotas mínimas sorprenden. Vemos que en la carrocería compacta ya ofrece 610 litros hasta el techo, mientras que la Larga que tenemos nosotros con todos los asientos puestos llega hasta los 1.030 litros y la carrocería Extra Larga alcanza los 1.410 litros.
Y eso sin contar que se pueden quitar los asientos libremente y utilizar dos plazas, cuatro, cinco o las que se necesiten. Cuando se quitan los asientos se puede llegar hasta los 5.010 litros de capacidad máxima, 4.630 litros en esta versión. Por otro lado, vemos peculiaridades en el maletero de la Clase V. Al ser una furgoneta tiene una boca de carga enorme, aunque tenemos que tener en cuenta que no podemos estar cerca de una pared para abrir el maletero.
Queda en una posición bastante baja y enrasada, por lo que facilita la carga de objetos pesados. Tenemos la iluminación que viene del habitáculo y no hay pisos bajo el fondo ni nada por el estilo. De hecho, aquí la rueda de repuesto tiene que ir por fuera, anclada a los bajos de la carrocería. Terminar diciendo que es muy práctico el acceso a través de la luneta.
Motor
La gama mecánica es la esperada en una furgoneta y vemos un toque de tradición. Son cuatro opciones de combustión y nos alegra ver que el diésel sigue siendo el combustible protagonista con tres de ellas. El bloque escogido es el turbo de cuatro cilindros y 2.0 litros, disponible en varios niveles de potencia. En el 220 d vemos 163 CV, en el 250 d asciende a 190 CV y el 300 d que llevamos nosotros llega hasta los 239 CV.
Todos ellos van con la transmisión automática y en algunos se puede configurar la tracción total 4MATIC opcionalmente. Como novedad, hay una versión microhíbrida de gasolina, que es la única con etiqueta ECO. El Clase V 300 cuenta con un cuatro cilindros de 2.0 litros y un sistema de 48 V para llegar hasta los 237 CV y ser una opción interesante en algunos mercados como el nuestro.
Por otro lado, tenemos a su hermana eléctrica, la Mercedes EQV. Se trata del modelo 100 % eléctrico que comparte muchos elementos, pero que se beneficia de la etiqueta CERO. En este caso, tenemos un motor eléctrico de 204 CV como única opción y dos baterías a elegir. La pequeña tiene 66 kWh y le permite tener una autonomía de hasta 255 kilómetros. La grande es la de 100 kWh y con ella se llega hasta los 405 kilómetros de autonomía. Aunque hoy nos vamos a centrar en la combustión.
Comportamiento
Nos ponemos al volante de la Mercedes Clase V 300 d un tope de gama diésel que será la opción más completa para los que quieran viajar con garantías. También hemos dicho que tenemos la carrocería Larga, por lo que tenemos el espacio ideal para cargarlo hasta arriba y devorar kilómetros. El motor diésel es perfecto para ello, pues mantiene la esencia clásica de este tipo de vehículos.
No es demasiado ruidoso, aunque es cierto que está un punto por debajo en refinamiento de otros bloques de gasolina. Eso sí, los 237 CV y 500 Nm de par son sinónimo de buena entrega en bajas y un aprovechamiento máximo. Lo que decíamos de transportar personas y enseres con garantías se debe a que este V 300 d ya tiene un nivel de potencia que permite prestaciones destacadas.
Acelera de 0 a 100 km/h en 7,4 segundos y tiene una velocidad máxima de 220 km/h. Como dijimos al principio, este modelo solamente puede configurarse con la transmisión automática 9G-Tronic de convertidor de par. No destaca por ser la más rápida del mercado, pero sí por hacer cambios suaves que son ideales para un vehículo de este tipo. Sobra decir que la Clase V es de propulsión por defecto y que tenemos opcionalmente la tracción total 4MATIC.
Después de bastantes kilómetros compartidos con la Mercedes Clase V, queda claro que uno de sus puntos fuertes a nivel dinámico es el elevado confort en marcha que consigue. La marca de la estrella ha trabajado para darle un aislamiento interior notable que le desmarque del resto de rivales.
Apenas llegan ruidos mecánicos y tampoco están muy presentes los de rodadura, y eso que es una furgoneta. Da gusto devorar kilómetros en esta posición de conducción elevada. Es poco configurable, pero ofrece tres modos de conducción, que son el Sport, el Comfort y el Individual. No es que cambie mucho su comportamiento, pero ahí está la opción.
Para los que se lo pregunten, no hay un modo Eco y tampoco lo echamos de menos. Los consumos del bloque diésel son bastante ajustados para tratarse de un vehículo con más de 200 CV y que supera los 2.300 kg de peso. Durante la semana de pruebas y con un viaje de por medio dejamos un consumo de 7,8 litros, una cifra muy buena si tenemos en cuenta que homologa 7,2 l/100km. Lógicamente, en ciudad esa cifra aumenta, pero en autopistas a velocidades de crucero es una maravilla.
A nivel de chasis hay varios aspectos de la Mercedes Clase V que merece la pena mencionar. Las vías rápidas es donde mejor se siente gracias a un aplomo sobresaliente. En ciudad sí que se nota su falta de agilidad debido al peso y a las dimensiones, aunque deja un buen sabor de boca un radio de giro de 11,8 metros en esta versión Larga. Los tramos de curva mejor evitarlos, ya que salen a relucir sus carencias. Tiene una dirección que transmite poco y la frenada cuesta dosificarla debido a un tacto gomoso del pedal.
Opinión coches.com
Hay bastante monovolúmenes grandes con cuerpo de furgoneta para transportar pasajeros con total comodidad, pero pocos que lleguen al nivel de la Mercedes Clase V. Otras marcas como BMW o Audi nunca se atrevieron a plantarle cara, así que su rival natural sería el nuevo Lexus LM. El modelo japonés también ofrece niveles de calidad propios de un premium y un despliegue tecnológico notable.
Sin embargo, el modelo de la estrella es el que más tradición tiene con más de una década a sus espaldas, muchas versiones disponibles y una plataforma compartida con un producto de garantías como es el Vito. Luego ya podemos entrar a debatir sobre si su precio es o no justo.
Los 68.620 euros de inicio ya son una tarifa elevada, pero es que una configuración más exquisita con carrocería Larga, motor de mayor potencia y acabados como el AMG o el Exclusive hacen que su precio supere los 100.000 euros. También hay que decir que sus clientes valoran la distinción y que quien no quiera estos niveles de calidad siempre se puede ir a por el Vito Tourer. Por otro lado, parece confirmado que no habrá más generaciones de la Clase V de combustión y que a futuro se apostará por la electrificación de la EQV.
Mercedes Clase V 300 d, a prueba: la primera clase de las furgonetas. Galería de fotos
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