
Toyota Proace City Verso: prueba a fondo de un monovolumen mejorado con algún lunar
Hoy contamos con el Toyota Proace City Verso, una propuesta que se sale de la norma de lo que suele ofrecer la marca. Son famosos sus coches hibridos. También sus SUV y todoterreno, sobre los que ha cimentado su liderazgo del mercado español.
Viene a ser el monovolumen compacto de la marca, heredero de los Toyota Verso o Toyota Prius Plus. Eso sí, desde hace un buen tiempo realizado en Vigo por Stellantis, con los que la marca tiene un acuerdo para toda su gama de furgonetas y derivados de ellas.

Hermano de Peugeot Rifter, Opel Combo o Citroën Berlingo. Y tiene dos grupos de rivales. Los de la alianza americo-germana, con el Ford Tourneo Connect y el Volkswagen Caddy y los de la alianza franconiponagermana, con el Renault Kangoo, Nissan Townstar y Mercedes Clase T.
Todos han pasado por nuestra sección de pruebas. ¿Por qué elegir el Toyota Proace City Verso, que tiene un precio de partida sin descuentos de 35.700 €? ¿En qué mejora a sus gemelos o a la de la competencia? Esa tarifa no tiene en cuenta descuentos o promociones. Puedes encontrar ofertas del Toyota Proace City Verso en nuestra sección de coches nuevos, publicadas en el site por concesionarios oficiales de la marca. Tenemos también herramientas para financiar el coche que te ayudarán a pagarlo más cómodamente mes a mes. Pero antes, conozcamos a fondo el nuevo Toyota ProAce City Verso:
Exterior
La marca nipona llevaba años en el segmento de las furgonetas con la Proace y no fue hasta 2020 cuando presentó una alternativa más pequeña, la Proace City. A finales de 2024 llegó su puesta al día, que se distingue mucho de otras alternativas de Stellantis en su parte frontal, que además es la que más cambió en esa actualización.

En esta parte delantera se prescinde de la parrilla superior abierta, acercándose a la versión eléctrica y a los últimos lanzamientos de la marca. También cambió la forma de los faros, que son siempre con tecnología BiLED en los acabados más altos.
Mucha superficie acristalada, lo que ayuda a la visibilidad, y pocas novedades más respecto a la versión anterior, con llantas de aleación de 16 y 17 pulgadas. Nuestra unidad, con el acabado de acceso, tiene las primeras y se ven algo pequeñas para el volumen del coche. Puedes elegir la carrocería en cinco colores diferentes (nuestra unidad tenía el verde oliva metalizado).

Hay un acento cromado en la parte baja para rebajar la gran cantidad de chapa. Un detalle que lo aleja de las variantes comerciales, como los cristales oscurecidos o las barras de techo y los espejos retrovisores en negro.
No hubo cambios en la longitudes. El Toyota ProAce City mide 4.400 mm de longitud, de los cuales 2.785 corresponden a la distancia entre ejes. Un coche compacto. Pero voluminoso, ya que es casi tan ancho (1.848 mm) como alto (1.837 mm).

Estas cifras corresponden a la versión L1, pero se mantiene la L2, con siete plazas y que alcanza los 4.753 mm. Y tenemos que recordar que hay versiones destinadas a uso profesional, la Proace City Van y la Proace City Combi. En la zaga, pocas novedades. Prácticamente todo es portón y apenas llaman la atención un pequeño alerón superior y los pilotos verticales a los lados.
Interior
Las novedades en el habitáculo se comparten con todos los modelos de Stellantis. Nuevo volante, con la base y parte superior acolchada, con mandos físicos y del que me convence la piel que recubre el aro pero no que hayan elegido negro piano para algunas zonas. Error.

Muy buen espacio y una posición de conducción muy de furgoneta, erguida y con las piernas menos estiradas que en un SUV. Al menos tenemos regulación del volante en altura y profundidad. Los asientos son cómodos, con un acolchado tirando a blando y no sujetan apenas el cuerpo en curva. Integran reposabrazos interiores. La tapicería e bastante sufrida, parece resistente.
De serie llega el cuadro de instrumentos digital. De 10 pulgadas de tamaño, presenta unas grafías sencillas y varios modos para mostrar la información. No sobresale, pero se ve de manera correcta. Le acompaña una nueva pantalla, del sistema multimedia, sencilla pero fácil de usar y que gana Android Auto y Apple Carplay inalámbrico.

Esa pantalla cuenta con una ruleta clásica para el volumen y accesos directos . Y no integra el climatizador, que cuenta con sus propios mandos en una zona inferior. Otras novedades fueron la reubicación de las tomas USB-C (antes en la pantalla, resultaban incómodas de usar) y el selectro del cambio, que pasó de ser un mando giratorio al que usan turismos de Stellantis.
En general los cambios son buenos y la calidad más que aceptable. Hay plásticos duros por todo el habitáculo pero el tacto no es malo y su ensamblaje transmite sensación de solidez. No hay lujos, esto es un coche práctico.

Eso lo demuestra el gran número de huecos portaobjetos. Además de grandes bolsas en las puertas contamos con dos guanteras entre las que queda una repisa para dejar objetos. También hay un espacio cerrado tras el volante y una zona para dejar el móvil. Entre los asientos, un cofre central de gran profundidad donde tenemos una toma de 2 voltios. Y sobre las cabezas, un espacio donde puedes dejar también alguna cosa.
Coche práctico y familiar. Porque en el Toyota Proace City tenemos espacio para cinco adultos sin problema, con tres asientos individuales en las plazas traseras, todas con Isofix, y un suelo totalmente plano. No hay problema de espacio para las piernas ni para la cabeza.

Contamos con salidas para la climatización, que va bien, es un aspecto algo delicado en coches tan voluminosos. También con toma USB y en los respaldos de los asientos delanteros, bolsillos y mesitas tipo avión.
El acceso a estas plazas es muy cómodo por las puertas correderas laterales, que además incluyen ventanillas, elemento que algún rival no tienen. ¿Qué me gustaría? Pues que los asientos fuesen deslizables longitudinalmente y el respaldo se pudiese reclinar si no quieres ir tan erguido. Y que el cinturón del pasajero central no estuviese tan a desmano.
Maletero
En cuanto a capacidad de carga es sobresaliente. Son 597 litros de capacidad, no tanto como la Caddy (y Tourneo Connect) pero más que Kangoo (o Mercedes Clase T). Es un espacio muy cúbico, bastante cuidado para tratarse de un coche de este tipo. Y es que encontramos piso enmoquetado y paredes laterales de plástico. Con el suelo a una altura muy baja, de 58 cm, lo que facilita cargarlo.

Tenemos un portón enorme para acceder a ese espacio, tanto que puede servir para guarecerse de la lluvia. Si no tenemos espacio porque la plaza de garaje es pequeña o aparca alguien cerca podemos abrir solamente la luneta para acceder al maletero. Una solución genial y muy práctica.
En este espacio podemos colocar la bandeja a dos alturas, que en ocasiones puede venir muy bien para separar cosas ligeras en la superior. Contamos con ganchos para fijar la carga, imprescindibles en un coche así, iluminación en un lateral y una toma de 12 voltios.

Podemos también ampliar el espacio abatiendo los respaldos de los asientos traseros. Están divididos en tres partes y realizando esta operación consigues un espacio de 2.126 litros de capacidad.
Motor
Hay dos opciones de etiqueta en la Toyota Proace City Verso y en sus gemelos de Stellantis. Por un lado, la Cero, con la versión eléctrica con un motor de 136 CV (100 kW) y asociado a una batería de 50 kWh con la que homologa 330 km de autonomía. Personalmente, algo justa de batería porque en viaje esa cifra se reduce mucho debido a las formas del coche.

La otra opción es la que tenemos aquí, un diésel “de toda la vida”, el bloque 1.5 BlueHDi con 131 CV (96 kW) y y 250 Nm de par motor. Se asocia a una transmisión manual de seis velocidades o a una automática de ocho relaciones de tipo convertidor de par, que es la que tenemos aquí. Todas las versiones son de tracción delantera.
Creemos que es una pena que ninguno de este tipo de coches cuenta con opciones de gasolina microhíbridas. Ojalá lleguen al mercado por la etiqueta y para evitar los problemas con el Adblue que han tenido estos y otros vehículos que obliga a tener una especial vigilancia.

No es un coche que anuncie prestaciones alucinantes, ya que acelera de 0 a 100 km/h en 11 segundos. y la velocidad máxima es de 184 km/h. Por eso pensamos que nadie va a echar de menos la variante de 100 CV. Hora de ver cómo va.
Comportamiento
El motor mueve el coche con bastante suficiencia en la mayoría de desplazamientos. Empuja bastante bien desde bajas vueltas y solamente en puertos de montaña cuando vas muy cargado puedes sentirlo algo perezoso. Tampoco pienses en hacer adelantamientos raudos: recupera de 80 a 120 km/h en 9 segundos: necesitas tiempo y espacio.

El bloque diésel, salvo al arrancarlo, es bastante silencioso en su funcionamiento y no transmite apenas vibraciones al habitáculo. Casa muy bien con el cambio automático, muy cómodo en el día a día y bastante elástico. Solamente resulta un poco brusco en maniobras.
En tráfico urbano es un coche mucho más manejable que los monovolúmenes grandes. Es ancho, pero la visibilidad es buena y contamos con sensores y con cámaras de visión posterior. La suspensión no rebota demasiado en los badenes, que es algo de agradecer.

Luego, en autovía no va mal, sin resultar tan cómodo y aislado como un SUV o berlina equivalente. Sufre más en carreteras de curvas lentas. Puedes manejar el cambio de modo manual con las levas tras el volante, pero no es un coche que pida correr por la suspensión blanda y su altura, que hace que tenga balanceos bastante notables, y una dirección que no es demasiado informativa.
Es pues, un coche que premia una conducción tranquila, aunque sus reacciones siempre han sido muy esperables, con ayudas no muy intrusivas. Tomándote las cosas con calma agradeces la suavidad de esas suspensiones. Y no se dispara el gasto. Homologa con este conjunto de propulsor y cambio 5,6 l/100 km. Nosotros en la semana de pruebas lo hemos dejado en 6,5 l/100 km, en una conducción muy despreocupada. Donde más se eleva, sin duda en ciudad.
Opinión coches.com
¿Necesitas un habitáculo amplio, cinco plazas reales y gran maletero? Olvida los SUV y busca un monovolumen compacto. No hay muchos y la mayoría son derivados de comerciales. Eso hace que tengan más espacio y más maletero todavía.
No ofrece el dinamismo de los SUV o turismos pero en una conducción tranquila cumplen de sobra. Dentro de la oferta, el Toyota Proace City Verso ha elevado su atractivo por fuera, mejorado el interior. Respecto a sus rivales, los Volkswagen/Ford están algo por delante en el apartado dinámico y ya ofrecen versiones híbridas enchufables. Este trata mejor a los pasajeros traseros.

Los Kangoo/Citan/Townstar no tienen versiones diésel tan potentes, se quedan un paso por detrás. Pero ofrecen motores de gasolina que pueden ser interesantes. Es quizá lo que echamos de menos: una variante híbrida (o al menos el microhíbrido de 145 CV de Stellantis), que además de reducir gasto en ciudad tendría etiqueta ECO.
Lo compartiría con el resto de hermanos de Stellantis, claro. Cuando lo comparas con ellos está en el rango de precios medio/alto. ¿Por qué? Porque desde la versión básica Active –la que hemos probado– cuenta con mucho equipamiento de serie. Y cuando lo igualas, ya no hay tanta diferencia.
- Salto adelante en equipamiento y diseño, acercándose a un turismo
- Espacio interior, compartimentos portaobjetos y capacidad de carga
- Confort de marcha y baja sonoridad de motor diésel
- Postura de conducción de furgoneta y plásticos duros
- Potencia suficiente, pero algo justa en adelantamientos
- Detrás de SUV y familiares en agilidad y calidad de rodadura
Toyota Proace City Verso: prueba a fondo de un monovolumen mejorado con algún lunar. Galería de fotos
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