Kia Sportage HEV GT-Line: prueba contacto con un coche que gana en equilibrio

En el panorama automovilístico, pocos nombres han demostrado una resiliencia y una capacidad de evolución tan notables como el Kia Sportage. Desde su nacimiento en 1993, este SUV compacto se ha consolidado como el buque insignia de la marca coreana a nivel global, con más de 7 millones de unidades vendidas.

Nos hemos puesto al volante de la quinta generación de este fenómeno. Lanzada en 2022, ha sido sometida a su habitual actualización de mitad de ciclo de cara a 2026. Este facelift no es un simple lavado de cara, sino una reafirmación estratégica en un segmento, donde rivales como el Toyota RAV4, el Hyundai Tucson (su primo hermano), el Honda CR-V o el Nissan Qashqai libran una batalla sin cuartel.

En la era de la transición energética, la clave no es imponer una única solución, sino ofrecer un abanico de opciones. Así, el Sportage 2026 llega al mercado con una gama que abraza desde los motores de combustión pura hasta la hibridación ligera (MHEV), convencional (HEV) y enchufable (PHEV). este primer contacto, de una jornada intensiva al volante, hemos conducido la versión híbrida convencional,  el corazón de la gama y el punto de equilibrio perfecto entre prestaciones, eficiencia y precio.

Este nuevo modelo está disponible desde 35.820 euros sin descuentos. Puedes encontrar ofertas del Kia Sportage en nuestra sección de coches nuevos, publicadas por concesionarios de la marca de toda España. Contamos también con herramientas para financiar el coche y pagarlo más cómodamente mes a mes. Pero antes, toca conocer a fondo este nuevo Sportage.

Exterior

El Sportage siempre ha destacado por un diseño arriesgado, y este facelift para 2026 lleva la nueva filosofía Opposites United a su máxima expresión. La unidad probada, en el acabado superior GT-Line, es un ejercicio de modernidad y presencia.

Las medidas se mantienen en el territorio de lo esperado para un compacto: 4.540 mm de largo, 1.865 mm de ancho (sin espejos) y 1.645 mm de alto, con una batalla de 2.680 mm que es la clave de su espacioso interior.

El cambio más radical se concentra en el frontal. Se despide de la parrilla anterior para adoptar una interpretación más ancha y tecnológica de la firma Tiger Nose, ahora integrada de forma más sutil.

Pero el auténtico protagonista son los nuevos grupos ópticos con tecnología LED Star Map, que crean una firma luminosa diurna ultra moderna y distintiva, poniéndolo a la altura de los diseños más vanguardistas de los segmentos premium.

Los paragolpes, tanto delantero como trasero, son nuevos, otorgando una postura más ancha y plantedada. En la zaga, los pilotos traseros también se rediseñan, con una luz LED que atraviesa horizontalmente el portón.

El acabado GT-Line añade el toque de agresividad necesario con detalles específicos en el color de la carrocería (el gris metalizado de nuestras imágenes es sublime), faldones laterales y la opción de llantas de 19 pulgadas de diseño exclusivo que llenan perfectamente los pasos de rueda.

Interior

Al abrir la puerta, la sensación de espacio y calidad es inmediata. Kia ha escuchado las críticas y ha erradicado uno de los elementos más problemáticos de la generación anterior: los plásticos negro piano. Han sido sustituidos por acabados mate y texturizados de tacto agradable, que no se rayan y no retienen las huellas dactilares. Es un cambio que, aunque parezca menor, mejora enormemente la percepción de calidad y la sensación de durabilidad.

El salpicadero está dominado por la pantalla panorámica curva de dos displays de 12.3 pulgadas (cuadro de instrumentos y sistema de infoentretenimiento), que se alojan bajo un único marco. Es un acierto de integración visual que aporta una modernidad incontestable.

El nuevo volante de dos radios, también heredado de los modelos eléctricos, es grueso y de tacto excelente, y lo más importante: incluye botones físicos para los sistemas de asistencia y el control multimedia, mucho más intuitivos y seguros que los táctiles.

El sistema multimedia, el Connected Car Navigation Cockpit (CCnC), es rápido, de interfaz clara y, por fin, incorpora Apple CarPlay y Android Auto inalámbricos. La conectividad se completa con el sistema Kia Connect, que permite actualizaciones OTA y servicios remotos. Bajo la pantalla, encontramos el panel táctil multimodo para el climatizador, un sistema que, tras un breve periodo de adaptación, resulta lógico y preciso.

Los asientos, tapizados en una combinación de cuero sintético y ante en blanco y negro (en el GT-Line), son cómodos y con buenos ajustes. Kia también demuestra su compromiso con la sostenibilidad integrando el tejido Dinamica, una microfibra de gamuza no tejida con un alto porcentaje de material reciclado.

En las plazas traseras, el espacio es bueno. Con 996 mm de espacio para las piernas, ningún ocupante adulto se sentirá oprimido, incluso en viajes largos. Los respaldos son reclinables, añadiendo un plus de confort. La habitabilidad es, sin duda, una de sus mayores bazas.

Maletero

La versión HEV demuestra su pragmatismo con una capacidad de maletero de 587 litros (según normativa VDA), una cifra que se sitúa en la cima de su categoría y que apenas se ve penalizada por la hibridación. Es un espacio de formas regulares, de carga baja y fácil acceso.

Al plegar los asientos traseros (con un mecanismo de liberación desde el propio maletero), la capacidad se expande hasta los 1.776 litros, más que suficiente para mudanzas de fin de semana o equipaje para unas largas vacaciones. En las versiones MHEV y HEV, además, se ofrece un suelo de maletero de doble nivel que añade una versatilidad extra para organizar la carga.

Motor

La gama del Sportage 2026 es un catálogo de soluciones. Pero si hay una que brilla por su equilibrio, es la que hemos probado: el híbrido convencional (HEV). Combina un motor de gasolina 1.6 T-GDi turbo de 180 CV con un motor eléctrico y una batería de 1.49 kWh, ofreciendo una potencia combinada de 239 CV. La transmisión es un cambio automático de 6 relaciones (6AT) y puede elegirse con tracción delantera o a las cuatro ruedas (en nuestra prueba, 4×2).

Este sistema híbrido no necesita ser enchufado. La batería se recarga con la frenada regenerativa y el propio motor de combustión. La transición entre el modo eléctrico puro, la combinación de ambos motores y el de combustión es notablemente suave.

En ciudad, es donde demuestra toda su virtud: arranca y circula a bajas velocidades en silencio eléctrico, lo que no solo reduce el consumo, sino que también aporta una tranquilidad envidiable. Cuando las demandas de potencia aumentan, el motor de gasolina entra con firmeza, pero sin brusquedad.

Las prestaciones son más que suficientes para un vehículo de este tipo: 0 a 100 km/h en 7,9 segundos y una velocidad máxima de 196 km/h. No es un deportivo, pero su respuesta es ágil y el cambio automático, aunque no es el más rápido del mercado, se desenvuelve con fluidez.

Comportamiento

Al volante, el Sportage HEV se define por su rodar refinado. El aislamiento acústico es bueno, manteniendo a raya el ruido de rodadura y el del viento. La suspensión, reajustada para este facelift, prioriza el confort. Absorbe las irregularidades del asfalto con una compostura que recuerda a modelos de segmentos superiores, haciendo de los largos trayectos por autopista una experiencia relajante.

En carretera secundaria, su comportamiento es seguro y predecible. No es un SUV con ambiciones deportivas —el modo Sport tan solo endurece ligeramente la dirección y afina la respuesta del acelerador—, pero su dirección, aunque no abunda en feeling, es precisa y transmite la seguridad necesaria para abordar curvas con fluidez. Es un coche pensado para viajar cómodo, no para buscar el límite en carreteras sinuosas.

En este sentido los programas de conducción sobre asfalto son Eco y Sport, no hay un modo Normal, mientras que el conductor también dispone de modos off road que optimizan la tracción, básicamente. Por cierto, lo mejor que puedes hacer es crearte un perfil para anular los asistentes a la conducción más molestos y no tener que estar desactivándolos cada vez que arranques el coche a través de los submenús de la pantalla central.

La marca nos propuso una ruta sencilla, con algo de carretera secundaria en buen estado y curvas rápidas. El coche suma kilómetros con un gran calidad de rodadura y buen aplomo perfecto. No es un referente en curva lo puede ser el Cupra Formentor, pero ofrece una estabilidad y una efectividad considerables». Porque, ¿para qué cambiar algo si funciona?

En cuanto a consumos, Kia anuncia 5.6 – 5.8 l/100 km (dependiendo del tamaño de las llantas y el nivele de equipamiento). En nuestro uso mixto real, con autopista, ciudad y carretera secundaria, hemos obtenido un promedio de 6.3 l/100 km. En tramos urbanos, es fácil ver cifras por debajo de 5 l/100 km, mientras que en autopista, a velocidades legales, se sitúa en torno a los 6.8 – 7.0 l/100 km. Son registros muy dignos para un SUV de este tamaño y potencia, que le permiten lucir la preciada etiqueta ECO.

Opinión coches.com

El Kia Sportage 2026 no solo sobrevive a su actualización; emerge reforzado. Kia ha logrado afinar un producto que ya era extraordinariamente competente. El diseño exterior gana en personalidad y modernidad, acercándose a la familia EV. El interior da un salto cualitativo al desterrar los materiales problemáticos y la tecnología de conectividad e infoentretenimiento se pone a la altura de los mejores.

De entre toda la gama, la versión HEV de 239 CV se erige, a nuestro juicio, como la opción más inteligente y equilibrada. Ofrece el mejor balance entre las ventajas de la electrificación (bajo consumo en ciudad, etiqueta ECO, suavidad de marcha) sin las ataduras de la versión PHEV, que requiere un punto de carga para explotar todo su potencial.

Es un coche para todo y para todos: eficiente en el día a día urbano, tranquilo y espacioso en los viajes familiares, y con un nivel de equipamiento y acabados que desafía a marcas premium. ¿Sus rivales? El Toyota RAV4 híbrido es más frugal, pero su interior es menos vanguardista. El Hyundai Tucson híbrido comparte tecnología, pero el diseño del Sportage, tras este facelift, nos parece más acabado y sofisticado. Kia ha vuelto a demostrar que conoce mejor que nadie el arte del equilibrio, perfeccionando la fórmula de uno de los SUV más redondos del mercado.