Skoda Octavia 1.5 TSI MHEV 150 CV, a prueba: ¿berlina antes que SUV?

¿Eres de los que no siguen modas? ¿Estás cansado de ver 20 SUV cada kilómetro que recorres? ¿Aún así quieres un coche práctico y cómodo? Pues quédate porque podría tener tu solución en formato berlina. Se trata del Skoda Octavia, el coche más significativo de la marca checa y su historia ha sido sinónimo de éxito. Salió en 1996 y desde entonces hemos podido ver cuatro generaciones, con una evolución más que aparente entre todas ellas. Estamos con la actualización de la última, un ejemplar que tiene un precio de partida de 33.350 euros y que es de esos que se compra con la cabeza.

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Con más de siete millones de unidades a sus espaldas, tantos usuarios no podían estar equivocados. Es cierto que los tiempos cambian y que ahora Skoda vende bastantes más Karoq que Octavia, pero eso no significa que el todocamino se imponga a la berlina en todos los aspectos. En este ejemplar vamos a ver que la lógica se impone, que el aprovechamiento del espacio es sobresaliente y que tiene soluciones muy interesantes. Con la reciente actualización se mantienen sus bondades, al tiempo que se completa su equipamiento con una serie de detalles inéditos.

Exterior

Como ya dejábamos entrever, la actualización de la cuarta generación del Skoda Octavia ha sido muy sutil, al menos en el apartado estético. Les ha bastado con un lavado de cara continuista y funcional, con mejoras en un par de puntos clave. El frontal tiene una posición baja gracias a la caída del capó, que tiene unas nervaduras que resaltan el logotipo de la marca. Justo por debajo aparece una parrilla convencional, con aberturas para refrigerar la mecánica y con un marco cromado. Va en línea con unas nuevas ópticas, que estrenan una tecnología Matrix LED de segunda generación. Mejora el rendimiento lumínico un 40 % y doy fe de que por la noche son una gozada.

También son nuevos los paragolpes, que son más prominentes y le hacen ganar unos centímetros. Eso lo veremos más adelante, por el momento tengo que decir que se busca la horizontalidad mediante el listón cromado, que también puede ir en negro en el acabado deportivo.

La aerodinámica mejora con las tomas de aire inferiores, bautizadas como Air Curtains. Si nos empezamos a mover hacia el lateral vemos unas llantas que parten de las 16 pulgadas y pueden llegar hasta las 19 pulgadas. La silueta queda marcada por cromados y la paleta de colores es bastante completa en este Octavia.

Cuando nos pasamos a la parte trasera, tenemos que decir que cambia mucho entre esta carrocería berlina y la del familiar Combi. Aquí, la caída del techo es bastante tendida y deja una luneta inclinada que desemboca en un spoiler sobre la tapa del maletero. En esta zona intermedia del portón se puede apreciar el nombre de la marca en la parte superior, justo entre los pilotos traseros, que también son LED y tienen intermitentes dinámicos. En la parte inferior se observa un paragolpes de nuevo diseño que deja parcialmente oculta la salida del escape.

El Skoda Octavia es la berlina media de la marca, situada por debajo del Superb. Aún así, sus dimensiones son considerables y el aprovechamiento del espacio está entre sus puntos fuertes. Lo consigue con una longitud de 4,70 metros, además de una anchura de 1,83 metros y una altura de 1,47 metros. El crecimiento viene por los nuevos paragolpes y la distancia entre ejes se mantiene en 2,69 metros.

Interior

El habitáculo del Skoda Octavia tiene un diseño clásico en cuanto a la disposición de elementos, pero su tecnología se ha renovado de forma notable. Comenzamos con lo más evidente, y es que este modelo está disponible por primera vez con la pantalla táctil de 13 pulgadas, que queda bien integrada entre consola central y salpicadero.

Es opcional, la de serie tiene 10 pulgadas, y destaca por la cantidad de funcionalidades que aglutina. Eso incluye el climatizador bizona, un hecho que sigue sin convencernos. Por suerte, ahora suma la sapiencia de ChatGPT integrada en su asistente por voz, así que podrá darnos muchas más respuestas que antes.

El teléfono móvil del usuario sigue teniendo protagonismo gracias a la conectividad con Apple CarPlay y Android Auto de forma inalámbrica, mientras que tiene una Phone Box para cargar a 15 W en la consola, al lado de dos USB-C de carga rápida. En la zona del conductor destaca la instrumentación digital de 10 pulgadas, controlada a través del volante multifunción y con varias vistas disponibles.

No es la más vistosa del mercado, pero lo cierto es que es muy configurable y que nos permite ver bastante información a la vez. Como en otros vehículos, este elemento se puede complementar con el Head-Up Display opcional que se proyecta en el salpicadero.

En el Skoda Octavia también se han renovado algunas opciones de tapicerías y molduras. Opcionalmente podemos optar por esta de cuero marrón que se extiende por asientos, puertas y salpicadero; dando un nivel de calidad muy elevado. Aquí lo cierto es que no desentona nada y que está muy bien realizado para tratarse de un generalista. Incluso evita errores como el uso de Piano Black, en este interior no lo encontramos y en su lugar hay molduras plásticas. Se suma una iluminación ambiental y también los característicos detalles Simply Clever, de ahí que veamos el portaobjetos central y el que queda debajo del asiento del acompañante.

Cuando pasamos a la segunda fila de asientos, la verdad es que sorprende mucho el espacio que deja para los ocupantes este Octavia. En las plazas laterales destaca tanto el hueco para las piernas como el que queda para la cabeza. La plaza central es más angosta y tiene túnel de transmisión, así que va a ser menos práctica. Eso sí, podemos equipar más soluciones Simply Clever como el organizador que va en el medio para dejar objetos. Queda cerca de las tomas USB-C y de las salidas del aire. Otros detalles que convencen son los bolsillos en los asientos o este soporte para el teléfono móvil.

Maletero

Si vimos que las plazas traseras son uno de los puntos fuertes del Skoda Octavia, sería justo que metiéramos en esa lista también al maletero. Es el más grande de su segmento con nada menos que 600 litros de capacidad en la berlina. No está demasiado alejado de los 640 litros del Combi y tiene la ventaja de contar con una puerta y no con portón.

Es de apertura eléctrica y nos deja una boca de carga enorme en la que no cuesta llegar al fondo del maletero. También vemos algunas soluciones Simply Clever y ventajas como la iluminación, huecos portaobjetos o toma de 12 V. También mantiene la posibilidad de abatir los asientos traseros en dos partes (60:40) para dejar una superficie plana que llega hasta los 1.555 litros de capacidad.

Motor

La gama mecánica del Skoda Octavia es bastante variopinta y que incluso tiene algunas soluciones electrificadas para adaptarse a los tiempos que corren. Comienza con la tradición diésel de este tipo de vehículos ofreciendo dos opciones con el 2.0 TDI de cuatro cilindros: una de acceso con 1  CV y cambio manual; y otra que llega a los 150 CV con la transmisión automática DSG.

Por la parte de la gasolina, la gama arranca con el 1.5 TSI de cuatro cilindros. Es el bloque principal, ya que está disponible en versiones de 115 CV y de 150 CV. La clave es que ambos pueden ir con cambio manual sin electrificar o con cambio automático y ligados al sistema Mild Hybrid y a la etiqueta ECO.

Para los que no se conformen con estos niveles de potencia, también hay Skoda Octavia por encima de los 150 CV. Ahí es donde entra en escena el 2.0 TSI de cuatro cilindros, un bloque de gasolina que puede ir con 204 CV ligado a la tracción total y que incluso alcanza los 265 CV en el RS; siempre con la transmisión automática. Aunque todavía no están anunciadas, se espera que haya varias versiones híbridas enchufables con niveles de potencia interesantes y también autonomías superiores a las de su antecesor.

Comportamiento

Nos ponemos al volante del Skoda Octavia en una de sus versiones más interesantes. Es gasolina, tiene etiqueta ECO y un nivel de potencia que creo que es el ideal para este tipo de modelo. Para algunos usuarios que viajan más o que van cargados, el 1.5 TSI de 115 CV puede quedarse justo, pero con 150 CV ya mejoran sus números. Además, si optamos por montar el sistema Mild Hybrid de 48 V conseguimos ese extra que aporta la electrificación y las ventajas del cambio automático. Vamos a comenzar hablando de que esta versión presume de 150 CV y 250 Nm de par, que están disponibles entre las 1.500 y las 3.500 rpm, por lo tanto tiene una zona media muy llena.

Si nos fijamos en la ficha técnica de este Skoda Octavia 1.5 TSI MHEV vemos que presume de una aceleración de 0 a 100 km/h en 8,5 segundos y que su velocidad máxima es de 229 km/h. Como decíamos, el extra de potencia necesario para moverse con solvencia, al tiempo que el sistema Mild Hybrid reduce su consumo y emisiones. En la teoría vemos que está entre 4,9 y 5,3 l/100km, con unas emisiones de entre 111 y 120 g/km de CO2. En la realidad y tras una semana de un uso intensivo en todo tipo de situaciones, lo dejamos con un consumo medio de 5,9 litros, que no está nada mal.

En la práctica, vemos que esta versión con sistema microhíbrido tiene un nivel de retención superior a lo que vemos en coches de combustión convencionales. Eso lo hace con la finalidad de llenar de energía la batería adicional del sistema, que alimenta un pequeño motor eléctrico que apoya con 18 kW al de gasolina. Da empuje adicional, pero también permite mantener cruceros o tener un Start&Stop extendido. El conjunto es muy refinado y la verdad es que la transmisión automática DSG casa a las mil maravillas. También es suave y precisa, mientras que se puede adaptar su comportamiento de forma manual con las levas o con los modos de conducción.

Esta versión del Skoda Octavia permite que el usuario pueda elegir entre los modos Eco, Normal, Comfort, Sport e Individual. Lo cierto es que no se modifica demasiado su comportamiento, se nota en detalles como la dureza de la dirección o la propia gestión del cambio. En todo caso, si por algo se caracteriza la berlina es por su calidad de rodadura. Nos muestra un confort en marcha notable gracias a su aislamiento y también por un chasis bien asentado. Es más cómodo que preciso, pero también consigue ese equilibrio tan buscado por el usuario medio, dando un nivel de confianza elevado en cualquier tipo de tesitura.

La puesta a punto del Octavia siempre ha sido uno de sus puntos fuertes. Muestra mucho aplomo en viajes largos y en vías rápidas, mientras que no se mueve mal en carreteras de curvas. Los ejemplares que lleven el acabado Sportline equipan una suspensión deportiva rebajada en 15 mm, pero lo cierto es que no la echamos de menos.

Con el eje delantero tipo McPherson y un trasero de eje rígido consigue ya de por sí un tacto satisfactorio y siempre se puede montar el chasis adaptativo DCC. La dirección es bastante blanda, pero cumple. De hecho, ayuda en las maniobras y muestra un diámetro de giro de 11,1 metros. Como nota curiosa, este modelo lleva frenos de tambor en el eje trasero en las versiones de acceso.

Opinión coches.com

Una recomendación que daría a alguien que busca coche sería: nunca descartes una berlina ante un SUV de forma automática. Entiendo que las tendencias tiran mucho y que la estética de los todocaminos cada vez tira más, pero pensándolo en frío hay coches más inteligentes. El Skoda Octavia es prueba de ello, pues es más práctico que la mayoría de SUV equivalentes y tiene la ventaja adicional de ser más eficiente. La aerodinámica le favorece y con su extensa gama mecánica la verdad es que puede dar mucho juego.

Además, también es más barato que un todocamino de similares dimensiones. Anunciamos un precio de partida de 33.350 euros sin descuentos de la marca ni nada por el estilo. Con esa tarifa ya tiene una dotación interesante y equiparlo un poco más tampoco sale excesivamente caro. Por menos de 40.000 euros se puede optar a un Octavia realmente equipado y con un toque estético más deportivo. Y para los que quieran la carrocería familiar, basta con desembolsar 800 euros más.