Volkswagen T-Cross nuevo

El Volkswagen T-Cross, el SUV pequeño que la firma fabrica en Navarra, se actualizó en 2024. En el apartado estético cuesta bastante del modelo al que sustituyó, ya que apenas se actualizó la firma lumínica de sus faros LED, paragolpes y diseños de llantas, así como la gama de colores, más atrevidos que antes.

En el interior mejoró mucho, sobre todo en el apartado tecnológico, con una pantalla de 8 pulgadas de serie (de 9,2 en los acabados más altos)… al que se suma la instrumentación digital de 10,25 pulgadas. No cambia el habitáculo respecto al que conocimos en nuestra prueba, muy versátil al poder desplazarse la segunda fila de asientos de manera longitudinal. El maletero es correcto, con 385 litros de capacidad, que aumenta a los 1.281 litros si se abaten los respaldos de los asientos traseros.

No hubo cambio alguno en el apartado mecánico, más allá de prescindir del bloque diésel que tenía cuando se lanzó originalmente. La oferta se centra en el bloque de un litro de cubicaje y tres cilindros, el 1.0 TSI de 95 y 110 CV, asociados al cambio manual o al automático DSG en el caso del más potente. Esta transmisión es la obligatoria para el 1.5 TSI de 150 CV. Ninguno cuenta con microhibridación, de modo que todos tienen la etiqueta C de la DGT.

Sí varió la nomenclatura de la gama de acabados. Se lanzó con tres niveles de dotación, denominados Base, Life (ya con las pantallas grandes y más ayudas a la conducción) y R-Line, con una imagen más deportiva con llantas de 17 pulgadas, faros Matrix LED o el selector de modos de conducción.